Definición de aminoácido

1. m. Quím. Sustancia química orgánica compuesta de un grupo amino y un grupo carboxilo.
   
   Son veinte los aminoácidos más importante que componen las proteínas, formadores de la vida como la conocemos.
   
   La unión de varios aminoácidos origina cadenas llamadas polipéptidos (o simplemente péptidos). Esta reacción se produce naturalmente en los ribosomas, dentro de las células.
   
   El primer aminoácido fue descubierto a principios del siglo XIX.
   
   Un aminoácido es un compuesto químico esencial para la vida ya que son los bloques de construcción de las proteínas, macromoléculas fundamentales en casi todos los procesos biológicos. Cada aminoácido tiene una estructura básica compuesta por un átomo de carbono central (el alfa carbono) al cual se unen un grupo amino (-NH₂), un grupo carboxilo (-COOH), un átomo de hidrógeno y una cadena lateral variable denominada grupo R.
   
   Además de su papel como componentes estructurales de las proteínas, los aminoácidos también cumplen funciones importantes en el organismo. Algunos actúan como neurotransmisores y están implicados en la transmisión de señales nerviosas. Otros aminoácidos son precursores de moléculas bioactivas como hormonas, coenzimas y pigmentos. Además, algunos aminoácidos tienen propiedades antioxidantes y participan en la respuesta inmunitaria del cuerpo.
   
   Existen veinte aminoácidos estándar que se consideran esenciales para los seres humanos, lo que significa que deben ser obtenidos a través de la dieta, ya que el organismo no puede sintetizarlos por sí mismo en cantidades suficientes. Estos aminoácidos esenciales incluyen la lisina, la leucina, la valina, la metionina, entre otros. Sin embargo, existen otros aminoácidos no esenciales que pueden ser sintetizados por el organismo a partir de otros compuestos.
   
   

   Características de los aminoácidos

   
   
   Los aminoácidos son compuestos orgánicos (carbonados) que contienen grupos carboxilo, ácidos, y grupos amino, básicos.
   
   Tienen gran interés, lo mismo para el científico que para el hombre de la calle, ya que constituyen las unidades químicas con las que se construyen las proteínas y éstas son probablemente la parte fundamental de todas las células vivas.
   
   Entre las proteínas se encuentran los enzimas, que aceleran todos los tipos de reacciones químicas en la célula; varias hormonas, que ayudan a regular los procesos fisiológicos; Virus que son proteínas productoras de enfermedades en plantas y animales; Toxinas (venenos) producidas por ciertos microorganismos; Anticuerpos que se producen en un organismo para combatir agentes extraños peligrosos; y las proteínas contráctiles o móviles del músculo.
   
   En realidad, todo el Protoplasma, o material que compone las células vivas, es en esencia una solución de proteínas.
   
   Todas las proteínas contienen ciertos aminoácidos cuyo número varía entre unos cuantos y 25 diferentes.
   
   Independientemente de la proteína en cuestión los aminoácidos comprendidos pertenecen al mismo grupo, del mismo modo que pocos tipos y dimensiones de tablones son suficientes para construir una extensa gama de casas y otros edificios.
   
   

   Aminoácidos: propiedades de ácido-base

   
   
   El interés químico de los aminoácidos reside en que sus grupos ácidos y básicos tienden a neutralizarse mutuamente, y, por tanto, vienen a ser como sales.
   
   Esta analogía con las sales la llevan a las proteínas, que pueden contener varios miles de moléculas de aminoácidos fuertemente enlazadas en cadenas largas que son conocidas como péptidos. Los aminoácidos y las proteínas son por ello, en un cierto sentido, las sales orgánicas más comunes.
   
   Las propiedades «ácido-base» de aminoácidos y proteínas entran en juego en el mantenimiento de la acidez o basicidad adecuada en los líquidos y tejidos del cuerpo.
   
   Así, la utilización rápida de los alimentos puede producir un exceso de ácido láctico u otros ácidos en los tejidos, lo que trae consigo el posible daño de éstos, y la alteración de sus propias funciones vitales.
   
   Sin embargo, proteínas y aminoácidos, gracias a su carácter básico, son capaces de neutralizar los ácidos extraños, y proteger así al organismo (v. Acidez y neutralización).
   
   Esta acción protectora se conoce como acción tampón (buffer) y se observa regularmente cuando se disuelven en agua los aminoácidos. Tales soluciones pueden soportar los efectos de ácidos o bases (álcalis) extraños mil y más veces más efectivamente que puede hacerlo el agua pura.
   
   La mayor parte de estos son moderadamente solubles en agua, aunque unos pocos, como la tirosina, son más solubles cuando forman parte de la molécula de una proteína.
   
   Los aminoácidos pueden producirse sintéticamente u obtenerse de fuentes naturales; si se desea un alto grado de pureza, el producto sintético puede competir ventajosamente, pero cuando se desean cantidades de aminoácidos a bajo precio, para nutrición, por ejemplo, generalmente son preferibles los productos naturales.
   
   La importancia de los aminoácidos en la nutrición ha sido plenamente reconocida en los últimos años al demostrarse que los seres humanos y los animales superiores (ratas blancas) no pueden formar sus propios aminoácidos a partir de substancias más simples como hacen las plantas y muchos microorganismos; diez de ellos deben suministrarse en la dieta alimenticia (arginina, histidina, lisina, triptófano, fenilalanina, metionina, treonina, leucina, isoleucina, valina).
   
   Las necesidades humanas pueden ser más sencillas que las de la rata, ya que la histidina y la arginina no son necesarias para los adultos (las ratas adultas no precisan arginina); sin embargo, probablemente ambas son necesarias para los niños en edad de crecimiento, de la misma manera que para los animales jóvenes.
   
   Las cantidades indispensables en la dieta humana son tales que unos cien gramos de proteínas por día llenan las necesidades medias del adulto, con tal que las proteínas seleccionadas contengan cantidades adecuadas de los aminoácidos requeridos.
   
   La tabla anterior indica que una dieta de maíz, por ejemplo, será baja en triptófano y carecerá enteramente de metionina. En general, el grueso de las proteínas debe seleccionarse entre las de origen animal cuando su cantidad total se limita a la mencionada antes. Véase Albúminas.
   
   Entre los aminoácidos indispensables, algunos sirven para otros propósitos además de su función en las proteínas. El triptófano, por ejemplo, da origen a la Niacina o ácido nicotínico, una de las vitaminas B; la arginina interviene activamente en el Metabolismo del nitrógeno, donde es esencial para la formación de Urea, producto residual nitrogenado.
   
   La arginina se presenta en elevada concentración en la esperma de ballena, donde constituye el 85 % de la proteína. La histidina pierde su grupo ácido en el cuerpo para producir histamina. Ésta (o alguna substancia análoga) es responsable de muchas de las reacciones de shock consecutivas a una herida. La metionina es de la mayor importancia en el metabolismo del azufre y también para la transferencia de átomos de carbono en forma de «grupos metilo». Véase Metilo.
   
   Los quince aminoácidos restantes se clasifican generalmente como «no esenciales» o «dispensables». Tal denominación es incorrecta, pues son tan importantes para la salud y el desarrollo normal como los llamados «indispensables».
   
   La distinción se refiere simplemente a su esencialidad en la dieta alimenticia. Los «dispensables» pueden formarse en el cuerpo sea a partir de los aminoácidos «esenciales», sea a partir de productos de escisión de los hidratos de carbono.
   
   Varios de los aminoácidos «no esenciales», como el ácido glutámico, el ácido aspártico o la glicina, son muy abundantes en la Naturaleza.
   
   Algunos son también de gran importancia en el metabolismo; así, el ácido glutámico actúa como reserva de nitrógeno en muchos organismos y suministra el grupo básico a otros compuestos, que de ésta manera se transforman en aminoácidos; la tirosina, que se descompone en melanina, principal pigmento de las pecas y de pieles obscuras, produce la Tiroxina, la hormona yodada de la glándula tiroides; la cistina y la cisteína son importantes en el metabolismo del azufre además de utilizarse a veces para la producción de la coenzima A en el cuerpo humano.
   
   Esta última substancia es un importante estimulador del metabolismo de las grasas e hidratos de carbono en los organismos de todo tipo.
   
   Ejemplos de uso: "Los aminoácidos son las unidades fundamentales que componen las proteínas"
   
   "Los aminoácidos actúan como mensajeros químicos en la transmisión de señales nerviosas"
   
   "Algunos aminoácidos son precursores de hormonas importantes en el organismo"
   
   "Los aminoácidos juegan un papel crucial en la respuesta inmunitaria del cuerpo"
   
   "A medida que el consumo de aminoácidos aumenta, se puede observar un incremento en la síntesis de proteínas musculares"
   
   "La ingesta adecuada de aminoácidos es crucial para la reparación y recuperación muscular después del ejercicio".
   
   
   Etimología u origen de la palabra aminoácido: proviene del inglés amino-acid, y este de amino- que es "amino-" y acid que es "ácido".

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