Significado de apuestas mutuas | Sinónimos y oraciones con ejemplos de uso de apuestas mutuas
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Definición de apuestas mutuas

 


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Definición de apuestas mutuas

  1. Concurso de pronósticos deportivos en el que los ganadores se reparten equitativamente el volumen total del premio o premios. En su versión más corriente, los apostantes intentan acertar un máximo de resultados sobre los encuentros deportivos disputados en una determinada jornada. El sistema, aplicado principalmente a encuentros de fútbol, asume en ocasiones carácter benéfico y ha alcanzado, especialmente en Europa, extraordinaria popularidad como resultado del interés creciente despertado por las competiciones deportivas y de la afición al juego inherente al hombre. Los diversos sistemas de apuestas mutuas presentan una diferencia radical con la lotería. En ésta, el jugador se confía totalmente en manos del azar; en las apuestas mutuas, el apostante pone enjuego la lógica para tratar de influir en su suerte, aunque con frecuencia se vea burlado en sus cálculos más cuidadosos por los caprichos de la diosa Fortuna. Cabe señalar también que en las apuestas mutuas se reparten menos premios que en la lotería, aunque en compensación el acertante obtiene generalmente un mayor beneficio. De la atracción que el público experimenta por las apuestas mutuas dan idea las fabulosas cifras recaudadas en cada jornada y las numerosas organizaciones europeas dedicadas a la explotación de este lucrativo negocio: el Patronato de Apuestas Mutuas Deportivas Benéficas español, el «Toto» alemán, el «Totocalcio» italiano, los «Pools» ingleses, etc.

    El Patronato de Apuestas Mutuas Deportivas Benéficas. Las apuestas mutuas españolas fueron autorizadas oficialmente por Decreto-Ley de 12 de abril de 1946; el primer concurso oficial de pronósticos se celebró en la temporada deportiva 1946-47. Durante los dos primeros ejercicios, el jugador pronosticaba sobre el tanteo de siete partidos y puntuaba según la diferencia existente entre el tanteo vaticinado y el verdadero. En la temporada 1948-49 se implantó el actual sistema en el que únicamente se pronostica victoria, empate o derrota. Este sistema, aun cuando ha experimentado ciertos cambios, particularmente en lo que a su formulación se refiere, sigue siendo en esencia el mismo. Así, existían las modalidades del pronóstico simple o de un solo resultado y el múltiplo o de varios, en el que se podía efectuar, conjuntamente y de modo abreviado, según una fórmula matemática preestablecida, el número de apuestas autorizado que figuraba en una parte del impreso o quiniela. Esta formulación tan compleja, sin embargo, fue simplificada en la temporada 1961-62, en que apareció la quiniela única de seis columnas, de las cuales pueden rellenarse dos o bien todas. Pese a que en tales quinielas aparece aumentado el precio de cada columna, el fondo destinado al premio es distribuido en tres categorías y no en dos como se hacía anteriormente. Otras innovaciones introducidas en dicha temporada consistían en la diferente disposición de la quiniela, es decir, ésta presenta ahora tres cuerpos y otras tantas divisiones —«resguardo», «control» y «escrutinio»— a diferencia de antes, que tenía sólo dos partes, «resguardo» y «boleto»* éste subdividido en «control» y «escrutinio». La modificación tuvo por objeto evitar las diferencias que a veces se producían al rellenar por separado el «control» y el «escrutinio» y que ahora son imposibles, pues el «escrutinio» recibe directamente por medio de carbón las impresiones, es decir, los signos hechos sobre el «control». El resguardo continúa siendo un simple documento acreditativo de la cantidad apostada, que sirve a efectos de cobro de premio y presentación de reclamaciones.

    El importe que ha de abonarse al presentar el impreso convenientemente rellenado corresponderá al número de apuestas que se realicen, o sea, dos o seis. Cada una de las columnas que figuran en el boleto para formular los pronósticos está numerada y representa una apuesta. En el impreso, a la izquierda del resguardo, figuran con el nombre de los equipos contendientes los partidos (14 en número y 2 de reserva) que constituyen el concurso de pronósticos de cada jornada. En la columna de «control», en lugar de la relación de los respectivos partidos, figura un número para cada línea horizontal, que corresponde al partido relacionado con el mismo guarismo en el «resguardo»; en el «escrutinio» se han suprimido las columnas para mayor claridad de los pronósticos. También se indica el número de orden de la jornada y la fecha de celebración de los encuentros. Para efectuar los pronósticos, a la derecha del lugar correspondiente a cada partido y en la casilla reservada para ello en el «control», después de doblar el impreso por la línea señalada, se escribirá un «1» si se supone que ganará el club designado en primer lugar, un «2» si se pronostica la victoria del segundo y una «X» si se cree en el empate.

    Los concursantes han de llenar los cuerpos que constituyen el boleto en forma perfectamente clara y legible y hacer constar en el lugar destinado su nombre, apellido y domicilio. Todo pronóstico que sea considerado ilegible, contenga raspaduras o enmiendas o se halle en blanco no es tenido en cuenta al computar el número de aciertos. Una vez consignados sus pronósticos y hecho constar su nombre y domicilio, el apostante entrega el boleto en un establecimiento autorizado para su recogida, donde se coloca un sello a guisa de contraseña en la parte superior de los tres cuerpos de la quiniela, se separa de ésta el «resguardo» que se devuelve al apostante y se da al «control» y al «escrutinio» su correspondiente destino. Las apuestas sólo se consideran formalizadas cuando estos dos cuerpos se encuentran antes del comienzo de la celebración de los partidos en poder de su junta custodiadora.

    La recaudación de cada concurso está constituida por las sumas de las apuestas formuladas por los que en él participan. El 55 % de dicha recaudación se destina a premios y se divide, a su vez, en tres fondos idénticos, uno de los cuales se distribuye a partes iguales entre todos los apostantes que acierten el mayor número de resultados, otro entre todos los que se hayan aproximado más a este número, también a partes iguales y el tercero entre todos aquellos que se acerquen más en número de resultados a estos últimos, asimismo a partes iguales. Si el número de máximos acertantes excediera al dé los más aproximados, en cualquiera de sus categorías o en ambas, y, por la aplicación de la regla anterior, fuese a corresponder a aquéllos menos cantidad que a éstos, el volumen total de premios se repartirá de la siguiente manera: dos tercios a partes iguales entre los máximos acertantes y sus seguidores inmediatos en número de aciertos y el restante tercio, también a partes iguales, entre los pertenecientes a la tercera categoría, siempre que su número exceda a los de la primera y segunda; y enteramente a partes iguales entre las tres categorías, si la primera superase numéricamente no sólo a la segunda sino también a la tercera. Si desde un principio, por la aplicación de lo anteriormente expuesto, corresponde a cada uno de los más aproximados una cantidad inferior a 50 ptas., éstos quedan sin premio y su fondo pasa a engrosar el distribuible entre los máximos acertantes. En ningún caso deja de adjudicarse la cantidad reservada para premios ni los máximos acertantes dejan de hacer efectiva la que les corresponda, cualquiera que sea su cuantía. Guantas reclamaciones surgieran son atendidas debidamente en las respectivas delegaciones del Patronato.


    Otros sistemas de apuestas mutuas. Con anterioridad al Pari-Mutuel de las carreras de caballos, que describiremos luego e inventado en 1872, las apuestas se hacían por medio de corredores profesionales o directamente con otro apostante. En el primer caso, el corredor indicaba con anticipación el beneficio que obtendría el apostante si acertaba el caballo ganador.

    A medida que se incrementaban las apuestas, variaba el dinero ofrecido para cada caballo. Si la apuesta sobre un caballo estaba muy recargada, el profesional ofrecía muy poca o ninguna ventaja en él y aumentaba el dinero ofrecido por los demás para inducir a los apostantes a distribuir con más regularidad sus apuestas y así poder «cubrirse».

    El sistema Pari-Mutuel es más sencillo y uniforme, puesto que las ganancias se basan on la opinión de cada apostante y las ganancias de todos los acertantes son iguales. El jugador coloca su apuesta como contribución a un «pozo» sin saber cuánto ganará en caso de acertar.

    En Estados Unidos funcionan tres «pozos» de apuestas: «ganador» («win») para el caballo ganador, «colocado» («place») para los que entren en primero y segundo lugar y «exhibición» («show») para los tres primeros clasificados. Los premios se calculan después de la carrera dividiendo el total de las apuestas (una vez deducida la comisión de los organizadores y los impuestos) entre el número de apuestas unitarias de los ganadores de cada «pozo». Así, el acertante de un «ganador» obtiene un importe igual al resultado de dividir todo el dinero apostado a ganador (menos comisiones) entre el número de apuestas unitarias colocadas sobre el caballo vencedor; por lo general este «pozo» rinde mayor beneficio que los otros dos, aunque sólo existe una probabilidad de acertar contra las dos y tres que hay en los «pozos» de «colocado» y «exhibición». Las ganancias en estos dos últimos se calculan de forma similar.

    Aunque este sistema es más simple y honrado que el de corredores, se prestaba al fraude al aceptar las apuestas, calcular su total o practicar la distribución de premios. El totalizador mecánico vino a salvar estas dificultades. El primero de estos aparatos, de funcionamiento manual, inventado y puesto en servicio en Nueva Zelanda (1880), evolucionó hasta convertirse en el totalizador eléctrico, introducido en Europa en 1928, en Inglaterra en 1930 y en Estados Unidos en 1932. El totalizador completo emite los talones por las apuestas depositadas, suma los totales para cada caballo en cada «pozo» y anota en los tableros las ganancias sobre cada caballo.
Actualizado: 22/02/2015
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Fuentes bibliográficas y más información de apuestas mutuas:
Análisis de apuestas mutuas

Cantidad de letras, vocales y consonantes de apuestas mutuas

Palabra inversa: sautum satseupa
Número de letras: 14
Posee un total de 7 vocales: a u e a u u a
Y un total de 7 consonantes: p s t s m t s

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