Definición de ascensor

1. m. Aparato para subir o bajar en los edificios.
   
   Los ascensores son dispositivos mecánicos diseñados para transportar personas o cargas entre diferentes niveles de un edificio de forma vertical. Su funcionamiento se basa en un sistema de poleas, cables y contrapesos que permiten el desplazamiento seguro y eficiente tanto hacia arriba como hacia abajo.
   
   Los ascensores han revolucionado la arquitectura moderna al permitir la construcción de edificios cada vez más altos, facilitando la accesibilidad y la movilidad de las personas en espacios verticales. Además, su uso se ha vuelto imprescindible en la vida cotidiana, especialmente en zonas urbanas densamente pobladas donde la verticalidad es una característica común.
   
   En la actualidad, los ascensores han evolucionado tecnológicamente, incorporando sistemas de seguridad avanzados, diseño ergonómico y eficiencia energética. Su presencia en edificios residenciales, comerciales e industriales es fundamental para garantizar la comodidad y la funcionalidad de los espacios verticales, convirtiéndolos en una pieza clave de la infraestructura urbana moderna.
   
   Ejemplos de uso: "En el edificio de mi oficina, el ascensor es muy rápido y seguro".
   
   "Necesitamos llevar las cajas pesadas al piso de arriba, así que utilizaremos el ascensor de carga".
   
   "Gracias al ascensor, las personas con movilidad reducida pueden acceder a todos los pisos del centro comercial".
   
   "El ascensor panorámico del hotel ofrece una vista impresionante de la ciudad".
   
   "El ascensor del edificio residencial cuenta con un sistema de seguridad moderno que brinda tranquilidad a los residentes".
   
   
   Origen etimológico de ascensor: proviene de la palabra latina ascensōrem (que significa "montador").

Origen de la palabra: (del latín ascensor, el que sube.)


Aparato elevador para trasladar personas de unos pisos a otros.
Montacargas.
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2º artículo

1. Jaula, cabina o plataforma que, dotada de movimiento vertical en sentido ascendente o descendente, sirve para transportar personas o cosas entre distintos niveles de un edificio o los varios pisos de una casa, cuyo acceso se realiza mediante puertas practicadas en la caja por donde se mueve el artefacto. La altura cada vez mayor de las construcciones modernas ha generalizado en todo el mundo el uso de ascensores.
   
   
   Historia del ascensor
   
   Los ascensores mismos han existido desde hace mucho tiempo. Se dice que Arquímedes construyó uno en la antigua Grecia. En 1743, Luis XV de Francia usó uno en el Palacio de Versalles para visitar a su amante en secreto o para que ella lo visitara a él.
   
   El ascensor del amor de Luis XV funcionaba gracias a un hombre que tenía que estar siempre atento para tirar de una cuerda cuando se requería de sus servicios. Otros ascensores en Hungría, China y Egipto funcionaban usando tracción animal.
   
   Matthew Boulton y James Watt, los gigantes de la revolución industrial en Reino Unido, produjeron motores a vapor que hacían funcionar enormes elevadores industriales que sacaban el carbón de las minas.
   
   El modelo actual constituye una variante del presentado en 1853 por Elisha G. Otis en la Feria Mundial celebrada en el Crystal Palace de Nueva York. Con anterioridad se habían construido máquinas elevadoras de varias clases, pero ésta fue la primer a dotada de dispositivos capaces de impedir la caída del camarín en la eventualidad de romperse los cables elevadores.
   
   En la Feria Mundial de Nueva York, en 1853, Otis se subió a una plataforma y fue elevado a una gran altura por encima de una multitud ansiosa. Su construcción se parecía un poco al andamio de un verdugo. Detrás de Otis estaba parado un hombre con un hacha, lo que seguramente hizo que pareciera aún más que una muerte estaba a punto de ocurrir.
   
   Cuando el hombre cortó de un hachazo la soga que había elevado la plataforma, la muchedumbre contuvo la respiración. La plataforma se sacudió pero no cayó. "Todos a salvo caballeros, todos a salvo", gritó Otis.
   
   En los cinco años siguientes se construyeron varias máquinas, todas similares a la expuesta y accionadas por cables arrollados a un árbol. Pero la era del ascensor como medio de transporte vertical en los edificios puede decirse que no empezó hasta 1859, en que el mismo inventor presentó un modelo reversible, independiente, conectado directamente a la maquinaria de elevación.
   
   En 1871 se conoció el ascensor hidráulico, que posteriormente experimentó un desarrollo y perfeccionamiento paralelos a los de la máquina de vapor. Finalmente, en 1889 se instaló el primer ascensor eléctrico comercialmente interesante.
   
   • Ascensor Hidráulico: Se trata de máquinas basadas en la acción de un cuerpo de bomba cilíndrico en posición vertical u horizontal con acompañamiento de poleas (acción indirecta) o sin ellas (acción directa). Quizás las más comunes sean las de cuerpo de bomba vertical de acción indirecta. En ellas este último elemento va... Para seguir leyendo ver: Ascensor Hidráulico
   
   • Ascensor Eléctrico: El ascensor eléctrico de tambor, que fue el primeramente inventado de los de su tipo y aún hoy es objetó de frecuente uso, consta de un motor conectado a un tambor especial provisto de estrías espirales para recibir los cables. El tambor gira por medio de un eje de transmisión helicoidal que forma u... Para seguir leyendo ver: Ascensor Eléctrico
   
   
   Mandos.
   
   Los mandos de un ascensor moderno se reducen fundamentalmente a una serie de conmutadores instalados en un cuadro y accionados magnéticamente, que sirven para poner en marcha y detener el ascensor en cualquier momento de su recorrido, acelerar automáticamente la carga y reducir el circuito a los límites necesarios para provocar la detención gradual.
   
   En el tipo corriente de regulación reostática, casi universal hasta hace unos años y aún muy utilizado; la corriente transmitida al inducido se limita mediante una serie de resistencias que adoptan generalmente la forma de parrillas de hierro fundido, montadas en la parte posterior del cuadro de mandos. Varias secciones de estas resistencias están desconectadas del circuito por una serie de interruptores automáticos llamados conmutadores de aceleración. Para lograr esta aceleración automática pueden utilizarse varios sistemas. Un procedimiento moderno consiste en una serie de conmutadores separados que permiten o bien imprimir una aceleración constante independientemente de la carga del camarín (sistema de tiempo límite) o bien imprimir una aceleración proporcional a la carga del camarín (sistema de corriente límite). Se emplea con preferencia el último tipo cuando existen restricciones en el suministro de la corriente de alta. El frenado reostático del motor en una parada se regula mediante un juego de conmutadores similares en cierto modo a los aceleradores.
   
   Para asegurar el alto impulso rotativo que exige una rápida aceleración se montan muchos mandos de modo que puedan proporcionar una fuerte inducción en serie durante el periodo de arranque y aceleración. Este campo inductor se cortocircuita generalmente al entrar en acción el último conmutador de aceleración. Frecuentemente se recurre a la regulación del campo inductor para obtener una velocidad relativamente constante, tanto en el ascenso como en el descenso, con cualquier carga útil. Un procedimiento bastante utilizado consiste en establecer un contacto con el regulador de velocidad que entrará en acción tan pronto como se produzca el menor aumento de velocidad con respecto a la normal. El cierre de este contacto proporcionará mayor campo al motor y hará disminuir la velocidad.
   
   Para el manejo de las instalaciones cuando éstas no corren a cargo de un ascensorista, como es el caso de los antiguos ascensores, se ha ideado la forma de mando llamada de pulsador o automática. Para regular los movimientos del ascensor se utilizan una serie de pulsadores situados en el portal de acceso al ascensor y una serie similar en el interior del camarín, a razón de un pulsador por cada piso. El funcionamiento del sistema no puede ser más sencillo. Una vez que penetra el usuario en la cabina, cierra la puerta y oprime el pulsador correspondiente al piso a que quiera dirigirse: el ascensor se pone entonces en movimiento, asciende hasta el piso en cuestión y se detiene automáticamente.
   
   En los primeros ascensores que se movían a gran velocidad requerían mucha mayor pericia por parte del ascensorista para su detención en el lugar adecuado. Incluso los ascensoristas más hábiles necesitaban con mucha frecuencia rectificar el ascenso o descenso para situar la cabina a la altura debida. Como estas rectificaciones resultaban caras tanto en tiempo como en consumo de corriente, se ideó un procedimiento de parada automática en los rellanos.
   
   Con el fin de colocar el camarín en el nivel exacto del piso sin necesidad de rectificaciones se ha ideado un mecanismo auxiliar que entra en acción tan pronto como cesa de funcionar la máquina principal y que actúa mediante unas levas situadas en la caja del ascensor y unos conmutadores instalados en la parte superior del camarín. El mecanismo funciona de modo que si se detiene el electromotor cuando el ascensor se encuentra dentro de la zona de las levas, éstas obligan a la cabina a situarse al nivel del piso con un error máximo de 3 milímetros.
   
   Construcción del camarín.
   
   Casi todos los ascensores para personas y carga constan de una armazón o bastidor rectangular de acero. Los cables van enganchados al travesaño superior o cruceta del bastidor. En éste van montados a su vez dos pares de correderas, uno de la parte superior y otro en la inferior, que se mueven sobre los raíles o guías del ascensor y sirven para mantener la cabina en posición correcta dentro de la caja de maniobra. Para detener la cabina en caso de que fallen los cables, el bastidor lleva acoplado un dispositivo de seguridad, generalmente en su tramo inferior y a veces en la cruceta. Normalmente la plataforma del camarín descansa sobre la parte inferior de la armazón y en la mayor parte de los casos aparece sustentada por bandas o brazos transversales unidos a la plataforma y la cruceta. Algunos ascensores de gran tamaño poseen dos bastidores que se corresponden con dobles guías o raíles. En este caso el dispositivo de seguridad comprende cuatro series de mordazas, dos debajo de cada bastidor, todas ellas unidas por medio de ejes y engranajes adecuados.
   
   Los ascensores van equipados con dispositivos de seguridad capaces de detener y mantener suspendida la cabina en caso de que fallen los cables o bien de frenarla en caso de cualquier exceso de velocidad. El tipo de dispositivo de seguridad más generalmente empleado consiste en un par de abrazaderas de anclaje al carril colocadas en la parte inferior del camarín. Estas abrazaderas, unidas entre sí por un pasador, proyectan en la parte posterior de éste unos brazos que, al ser introducida entre ellos una cuña, hacen que las superficies de las mordazas se agarren firmemente a los carriles. El mecanismo empleado para aplicar presión a estas mordazas consiste generalmente en un tambor sobre el que se arrollan varias vueltas de cable. Este tambor va montado sobre un eje provisto de roscas a izquierda y derecha, cuyos extremos se ajustan a los bloques o levas de cuña. Al desenrollarse el cable de este tambor, imprime al eje un movimiento de rotación y empuja a la cuña de levas (o a veces tira de ella) por entre los brazos de las mordazas, con lo que los pone en funcionamiento. El mecanismo de seguridad es generalmente accionado por un regulador de bolas (o de Watt) centrífugo que se dispara al producirse un exceso de velocidad predeterminado.
   
   
   Cables.
   
   Los utilizados para el servicio de ascensor se componen de seis o más cabos, cada uno de los cuales está formado a su vez por cierto número de alambres separados. Los cabos van trenzados alrededor de un alma de cáñamo que sirve al mismo tiempo de amortiguador y colector de lubrificante. Quizá el más usado sea el conocido por 6-19, es decir, el compuesto de 6 cabos de 19 alambres cada uno. Estos alambres pueden ser de sección uniforme o de dos o más secciones para asegurar un desgaste homogéneo o bien concentrar más metal en una determinada parte de la sección de cabos. En la actualidad se utilizan varias clases de cables de muy diversas resistencias según su diámetro y tipo de construcción. En máquinas de tracción se utiliza mucho el cable de acero blando.
   
   
   Ascensores de carga o montacargas.
   
   Son fundamentalmente similares a los de pasajeros, salvo en que generalmente van dotados de dispositivos de control más elementales, que no permiten imprimirles tan suaves aceleraciones.
   
   • Ascensores De Minas: En general se basan en la acción de un tambor de arrollamiento, aunque en algunas instalaciones se emplean máquinas de tracción. Por regla general, sus velocidades son mayores que las de los ascensores ordinarios para personas o carga. Dadas las grandes profundidades a que operan, los cables reúnen ... Para seguir leyendo ver: Ascensores De Minas
   
   
   Regulación de ascensores.
   
   Las ordenanzas urbanas se ocupan generalmente de los requisitos de construcción, instalación y uso de los ascensores. Como es lógico, las regulaciones varían considerablemente de unas ciudades a otras y están sujetas a revisiones a tenor de los avances técnicos y los cambios generales que se operan constantemente en el arte de la construcción.

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