Definición de brújula

1. f. Aguja imantada que marca el norte magnético.
   
   La brújula es un instrumento de navegación que consta de una aguja imantada que señala siempre hacia el polo norte magnético de la Tierra.
   
   Esta herramienta ha sido fundamental para la orientación en la navegación marítima y terrestre a lo largo de la historia, permitiendo a los navegantes y exploradores determinar su rumbo con respecto a los puntos cardinales.
   
   
   
   Antigua brújula. CC
   
   
   Ejemplos de uso: "El capitán consultó la brújula para asegurarse de que el barco se dirigía en la dirección correcta hacia el puerto"
   
   "Los excursionistas llevaron consigo una brújula para no perderse en el bosque durante su travesía."
   
2. fig. Lo que sirve de guía.
   
   En sentido figurado, la palabra "brújula" se utiliza para referirse a cualquier elemento o principio que orienta o guía a una persona en su toma de decisiones o en la búsqueda de un camino a seguir.
   
   Puede hacer alusión a valores, creencias o normas que sirven como referencia para tomar decisiones.
   
   Ejemplos de uso: "La ética profesional actúa como una brújula para los abogados en la toma de decisiones difíciles"
   
   "En momentos de duda, es importante recordar cuáles son tus valores, ya que funcionan como una brújula que te indica el camino a seguir"
   
3. (perder la brújula) fig. Perder la cabeza, el juicio.
   
   Esta expresión idiomática se utiliza para indicar que una persona ha perdido el control, la calma o la capacidad de razonar con claridad. Se refiere a situaciones en las que alguien se siente desorientado, confundido o desequilibrado emocionalmente.
   
   Ejemplo de uso: "Después del accidente, perdió la brújula y no sabía cómo reaccionar ante la situación tan estresante"
   
   "En medio del caos, es fácil perder la brújula y actuar impulsivamente"

Origen de la palabra: (ital. bussola, y éste del latín büxis pyxis, caja.)


f. Barrita imanada que, puesta en equilibrio sobre una púa, se vuelve siempre al norte magnético.
Mar. Instrumento que se usa a bordo formado de una caja con dos círculos concéntricos, puesto en equilibrio sobre una púa. Tiene la rosa náutica y lleva adherida en la línea norte-sur, una barrita imanada que indica el rumbo de la nave.
Agujerito que sirve para apreciar la puntería de la escopeta, ahora se llama mira.
Agujerito por donde se mira mejor un objetivo.
Venez. Pinta del naipe, indicadora del palo.

♦ Esta acepción se emplea en: Venezuela
—de alidada. Fís. y Top. Brújula empleada en el trazado de itinerarios y levantamiento de planos. Ver: brújula de alidada
—de bolsillo. La que puede llevarse en el bolsillo. Ver: brújula de bolsillo
—de declinación. Fís. La que está sostenida por un eje vertical. Ver: brújula de declinación
—de inclinación. Fís. La que gira en un plano vertical marcando el ángulo de inclinación magnética. Ver: brújula de inclinación
Perder la brújula, fr. fig. Perder el tino en el negocio de algo.
Ver por brújula, fr. fig. Mirar desde un paraje por donde se descubre poco.
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2º artículo

1. En sentido lato, instrumento que indica invariablemente una dirección determinada, y más concretamente el constituido por una aguja magnética que señala la dirección N-S. Los modernos instrumentos orientadores, no siempre basados en la clásica brújula magnética, se designan en la práctica de la navegación también con el nombre de compás.
   
   Brújulas magnéticas
   
   La brújula magnética simple hace uso de la propiedad que tienen los imanes de orientación en el mismo sentido de las líneas de fuerza magnética de la Tierra, o sea, en la dirección N-S (v. Magnetismo; Magnetismo terrestre) . Los historiadores atribuyeron en otro tiempo a los chinos la invención o descubrimiento de las brújulas magnéticas, pero posteriormente parece fuera de duda que estos instrumentos aparecieron primero entre los árabes o los europeos; sea como fuere, al comienzo de la Edad Media es cuando se generaliza su uso y en los siglos siguientes sufre pocas modificaciones, hasta el siglo xix en que científicos, ingenieros y navegantes la mejoraron notablemente. Las brújulas más sencillas se limitan a una aguja imantada que puede girar en un plano horizontal, es decir, alrededor de un eje o pivote vertical y central; el extremo que apunta hacia el polo norte magnético se marca, generalmente de azul, y la aguja se encierra en una caja en la que previamente se han grabado los rumbos o los grados acimutales. En otros modelos,
   
   los rumbos o los grados están marcados sobre un plato circular, que es arrastrado en su giro por varios imanes. Para barcos y aviones, en los que los movimientos de balanceo y cabeceo hacen inservibles las brújulas ordinarias, se han ideado tipos especiales. Las brújulas de barco se montan con suspensión cardan, lo que permite que se mantengan siempre niveladas. Los imanes de las brújulas, tanto en los barcos como en los aviones, se sumergen a menudo en un líquido con objeto de amortiguar la oscilación.
   
   El norte geográfico y el magnético no suelen coincidir; la diferencia entre ellos es la variación o declinación, que difiere de un lugar a otro; las cartas marinas y las aeronáuticas indican su valor mediante líneas isogónicas (v. Isógona, Línea). El error de la brújula, debido a la existencia en sus inmediaciones de materiales férreos y otros metales magnéticos, se llama desviación, y resulta especialmente enojoso en los barcos y en los aviones. Se consigue eliminar este error colocando correctores magnéticos en lugares adecuados.
   
   
   Las brújulas de inducción terrestre están equipadas con unos detectores, generalmente bobinas, en las que el campo magnético terrestre induce corrientes, que varían según la dirección; el voltaje inducido puede utilizarse para señalar la orientación en lugares apartados de donde se encuentra el propio instrumento. Una notable mejora de este sistema ha consistido en agregarle un detector giroscópico estabilizado que elimina los errores debidos a virajes y aceleraciones y que permite lecturas correctas en todo momento. Véase Giróscopo.
   
   La brújula giromagnética proporciona la precisión necesaria para la navegación y bombardeo aéreos. Posee también un transmisor giroestabilizado y además, un cabezal giroscopico indicador sincronizado, o en servidumbre, respecto al meridiano magnético terrestre. El sistema Tipo N-1 es un perfeccionamiento que lleva un control de latitud capaz de corregir la precesión aparente (alteración del eje de rotación del giróscopo respecto a la Tierra) del giróscopo indicador de derrota. Este tipo N-1 asegura también el control de dirección con la precisión necesaria a los equipos de pilotaje automático y de bombardeo.
   
   La brújula de rayos catódicos se basa en la desviación del haz de electrones emitidos por un tubo de rayos catódicos, por efecto del campo magnético terrestre. La intensidad de la desviación varía con el rumbo.
   
   
   La brújula de inclinación o inclinómetro posee una aguja imantada que gira en un plano vertical, es decir, alrededor de un eje horizontal, e indica la componente vertical del campo magnético terrestre y no la componente horizontal como hacen las brújulas ordinarias; se usa sobre todo para trabajos geológicos.
   
   
   Otros tipos de brújulas
   
   
   El girocompás, giropiloto o brújula giroscópica hubo de introducirse por las dificultades encontradas con el uso de brújulas magnéticas en las grandes embarcaciones de acero y muy especialmente en las de guerra. En este instrumento se combinan los efectos de la inercia y la precesión sobre un rotor giratario con las influencias de la gravedad y de la rotación de la Tierra. El resultado es que el rotor tiende a orientarse sobre un eje N-S y a mantenerse en esta posición. El girocompás está exento de los efectos de la declinación y desviación magnéticas, y siempre que se apliquen debidamente las correcciones por cambios de latitud y de velocidad, llegan a conseguirse con él indicaciones precisas, pues los errores son solamente del orden de fracciones de grado. No se utiliza en aviación debido a su peso y a las bruscas y frecuentes aceleraciones y deceleraciones propias de la navegación aérea. Para usos militares, como en los tanques, se construyen pequeños girocompases. Véase Giróscopo; Girocompás.
   
   
   La brújula astronómica o astrocompás es un instrumento que consiste esencialmente en un anteojo de precisión que el navegante enfila hacia el Sol, la Luna o una estrella. Si se tienen en cuenta las correcciones de latitud, hora local y declinación, puede determinarse el verdadero rumbo con mucha exactitud, sin más que referirse a las tablas de navegación usuales. Esta brújula se emplea principalmente para comprobar otros instrumentos.
   
   El radiogoniómetro consiste en un equipo de radio provisto de una antena fija para la recepción de señales acústicas y otra antena direccional de cuadro, que percibe estas señales con la máxima intensidad cuando está debidamente orientada hacia la estación emisora. En los modelos más perfeccionados, la antena de cuadro gira automáticamente hacia la estación sintonizada y transmite la desviación angular de la estación respecto al avión o barco a un tablero de instrumentos. Sintonizando sucesivamente tres estaciones y aplicando el método de triangulación se consigue determinar muy exactamente la situación. El indicador magnético de radio combina la brújula girosincronizada con el radiogoniómetro; su indicador lleva una aguja que apunta hacia la estación con que sintoniza el receptor y que va montada sobre una rosa náutica girosincronizada y solidaria de los giros del avión, de tal modo, que su indicación no es la desviación geométrica relativa indicada por el radiogoniómetro ordinario, sino la desviación magnética del avión respecto a la estación emisora.
   
   
   Brújulas para la navegación polar. En las latitudes extremas N o S, y especialmente cerca de los polos magnéticos, la debilidad de la componente horizontal del campo magnético terrestre y la intensidad de la componente vertical, originan grandes errores en las brújulas magnéticas; los cambios rápidos de declinación y las perturbaciones magnéticas locales se suman a dichos errores. En las regiones polares suelen dirigirse los aviones mediante el piloto automático giroscòpico o bien con indicadores de rumbo también giroscópicos. Mediante un astrocompás se determina la magnitud del movimiento de precesión del giróscopo y con este dato se puede ya corregir el rumbo.
   
   El astrocompás o brújula astronómica es de escaso valor durante los prolongados periodos crepusculares del Ártico y el Antàrtico, porque aun estando el Sol bajo el horizonte, el cielo está demasiado iluminado para permitir la lectura de la posición de las estrellas. La brújula celeste, basada en la polarización de la luz, ha sido creada para soslayar esta dificultad; se fija un plano de polarización de la luz solar difusa en el cénit y entonces, la relación angular entre este plano y el manantial luminoso permite determinar la dirección del Sol. Con las tablas astronómicas podrán fijarse las direcciones geográficas. Véase Polarización de la luz.
   
   
   Los indicadores de rumbo utilizados en aviación no son propiamente brújulas, puesto que no buscan una dirección, sino que han de ser previamente calibrados con una brújula magnética. Son estabilizadores giroscópicos «mechaviatores» y constituyen el instrumento principal de pilotaje en los aviones grandes y rápidos. Son muy valiosos en la navegación polar y en el aterrizaje sin visibilidad.
   
   
   Compases en los buques de gran porte. En los buques de gran porte y en todos aquellos cuyos cascos y superestructuras son de acero, las brújulas se hallan afectadas por las perturbaciones magnéticas del propio casco, que falsea el rumbo a seguir en la derrota. En este aspecto se han realizado considerables progresos, dado que el compás magnético es siempre menos complicado y sujeto a averías que el «giro». Uno de los más recientes tipos de giro es el denominado «Arma Brown», en el cual el anticuado sistema de válvulas ha sido sustituidop or transistores, con tales ventajas sobre sus predecesores que en la práctica no necesita de ciudados técnicos a bordo. La bitácora o pedestal en cuyo interior va situado el mortero y que a su vez aloja el elemento sensible de un compás (sistema direccional) va dotado de una serie de elementos correctores y auxiliares, que eliminan las perturbaciones producidas por los aceros componentes del buque y como consecuencia los desvíos de éste se reducen al mínimo. Modernamente y bajo los auspicios de la International Organization for Standardization, año 1961, se han tomado acuerdos importantes en lo que se refiere a las características fundamentales invariables que debe reunir una bitácora magistral o de gobierno. Una de las ventajas que reporta este nuevo y reciente aditamento ya generalizado en nuestros días es que su teoría simple y sencilla se basa en una serie de efectos ópticos en virtud de los cuales, el rumbo de la bitácora magistral, situada en la parte exterior del puente alto, se refleja en el «cuarto de gobierno», frente al plano horizontal de los ojos del marinero o timonel, que por medio de un espejo regulador pueda leer cómodamente el rumbo. Este sistema de bitácora magistral de reflexión, hace que se evite la instalación de otro compás en el «cuarto de gobierno», permitiendo así más espacio para la colocación del piloto automático, repetidores del giro y demás aparatos detectores y electrónicos, como el tadar y las sondas ultrasonoras. Véase Aeronáutica, Instrumentos de a bordo; Navegación aérea; Navegación.

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