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Buenos Aires, Ciudad

 


Buenos Aires, Ciudad
  1. Cap. de la República Argentina, de la que constituye el Distrito Federal, que con una extensión de 192 km2 contaba en 2010 con 2 890 151 h, cifra que se eleva a 14 391 538 para el Gran Buenos Aires, aglomeración urbana que rebasa ampliamente los límites del Distrito Federal y se extiende por la provincia bonaerense. Emplazada en la orilla derecha del Río de la Plata, frente a la desembocadura conjunta del Uruguay y del Paraná, dista 200 km de la capital uruguaya y 240 del Océano Atlántico. La anchura del estuario platense es muy variable y alcanza frente a la capital 42 km hasta el puerto de Colonia (Uruguay). Se asienta la ciudad en el extremo meridional de la Pampa ondulada, allí donde el Riachuelo entrega sus aguas al Plata. Domina las aguas del río en unos 20 m y su posición astronómica corresponde a sus 34° 35' de latitud S y los 58° 25' de longitud O de Greenwich. Es una de las principales urbes del mundo, la primera por su superficie y población en el hemisferio austral, y auténtico emporio cultural y económico con uno de los puertos de mayor movimiento comercial.

    En plena zona templada y bajo la influencia beneficiosa del Atlántico, goza Buenos Aires de un clima benigno, con suficientes variaciones termométricas del invierno (15 °C) al verano (25 °C). Los cambios de temperatura son, en un mismo día, bastante frecuentes bajo el influjo dispar de los vientos cálidos del N y los frescos o «pamperos» del S, que a veces provocan fuertes marejadas en el río. El pampero, rico en ozono, tuvo quizá su influencia en la denominación de la ciudad y contribuye a que se produzcan en invierno algunas heladas y precipitaciones sólidas. Por su parte, los vientos cálidos y la situación latitudinal ejercen una positiva influencia en la vegetación y favorecen la exuberancia de sus jardines, que encuentran otro factor favorable en la pluviosidad media bastante elevada: 900 a 1000 mm anuales.


    Crecimiento demográfico. Aunque fundada en 1580, la ciudad prosperó poco demográficamente a lo largo de la época colonial y a mediados del siglo xviii su censo era de 11 000 h, que se duplicaron para 1778 (censo del virrey Vértiz). Al obtener el país su independencia (1811) su capital contaba ya con 40000 almas y 45 años después había rebasado la cifra de las 100000. El primer censo oficial de la nación, en 1869, dio la cifra de 177787 h y su ritmo de ascenso fue tan rápido que para 1887 alcanzó los 437000. Buenos Aires se convirtió en ciudad millonaria el año 1905, rebasó el segundo millón en 1927 y el tercero en 1947, siempre sin contar las aglomeraciones urbanas que constituyen el Gran Buenos Aires. Contaba en 2010 con 2 890 151 h, cifra que se eleva a 14 391 538 para el Gran Buenos Aires. A este fenomenal crecimiento demográfico han contribuido numerosas causas: clima excelente, copiosa corriente migratoria desde el último tercio del siglo XIX (tanto procedente de Europa como del interior del país), intenso desarrollo económico basado en la gran actividad de su puerto, mejora de sus comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas y anexión de numerosos barrios al crecer el casco originario de la ciudad. La prosperidad urbana de Buenos Aires se debe también en gran medida a la ley de 20 de setiembre de 1880 que declaró a Buenos Aires capital federal de la nación e independiente de la provincia homónima.


    El término municipal de Buenos Aires está encuadrado por el estuario del Río de la Plata (N y NE), los municipios de San Isidro y San Martín (E), Avellaneda, al otro lado del Riachuelo (S) y el municipio de Matanzas (O y NO). La grandiosa Avenida del General Paz, de 24 km de longitud y 100 m de anchura, separa la ciudad de la provincia de Buenos Aires. Pero al otro lado de esas fronteras administrativas se extiende el Gran Buenos Aires, unido al centro de la ciudad por las vías de comunicación que, como tentáculos, han avanzado hacia la Pampa y englobado dentro del área metropolitana una serie de municipios muy densamente poblados y que convierten al Gran Buenos Aires en una de las más dilatadas ciudades del mundo.

    Punto ideal de desembarco para la colonización de los países del Plata, Buenos Aires recibió a través de toda su historia el flujo de los inmigrantes que se dispersaron después por el resto del país en los primeros tiempos, mientras más tarde se convirtió la ciudad en un polo de atracción para los propios argentinos y recibió más inmigrantes de la Pampa o los oasis andinos que de la misma Europa. Sin embargo, por su carácter portuario, ha sido siempre Buenos Aires ciudad cosmopolita con numerosas comunidades extranjeras, hasta tal punto nutridas que en las postrimerías del siglo xix sobrepasaban ligeramente la población criolla. Españoles e italianos constituyen las colonias étnicas más importantes, pero influyen también notablemente en la vida de la ciudad sus contingentes ingleses, alemanes, franceses, griegos, sirios, libaneses y judíos, siendo estos últimos particularmente numerosos e influyentes.

    Auténtico corazón y cabeza de la Argentina, Buenos Aires es su centro político, cultural, financiero, económico e industrial, todo ello pese a su situación periférica. Se debe esa influencia preponderante al hecho de constituir su puerto el lugar por el que se relaciona el país con el extranjero y también el centro de las comunicaciones terrestres internas que hacen afluir a él las mercancías de casi toda la República. Por añadidura está la ciudad en la zona de contacto entre las regiones subtropicales y las templadas, de características agrícolas tan diferentes.


    Urbanismo. Ciudad de fisonomía moderna, salpicada de grandes extensiones verdes, con anchas y larguísimas avenidas, enormes plazas arboladas y espléndidos parques y está trazada en cuadrícula casi perfecta. La orientación general de las calles se ha visto en algunos puntos modificada por la presencia del Río de la Plata en su límite septentrional, y de ahí que la cuadrícula no sea perfecta en su conjunto, aunque sí lo es en cada una de las principales aglomeraciones urbanas que forman la ciudad. Las calles, rectilíneas por lo general, no siempre presentan anchura uniforme y así la de Rivadavia se amplía notablemente pasado el cruce con Callao. El barrio central recibe su aspecto monumental por los grandes edificios públicos y privados; los barrios periféricos ofrecen una notable variedad y tiene cada uno de ellos su propia personalidad. Así los barrios septentrionales, entre los que es característico el de Belgrano, son zonas residenciales y alojan los comercios más elegantes, aunque no falten casas modestas al lado de suntuosas residencias; es el centro preferido por los criollos y los inmigrantes anglosajones. El sur de la ciudad es más industrial y compacto y está poblado preferentemente por españoles e italianos; en esta zona se encuentra uno de los barrios más típicos de la ciudad, Boca, bordeado por el Riachuelo y núcleo a la vez de la actividad fabril y de la marinera. Si Flores, al O, es barrio residencial en el que el lujo hace su aparición con frecuencia, los de Villa Catalina y Villa Devoto, al NE, son más bien de modestas casas veraniegas.

    La Avenida del General Paz, que como se ha dicho separa el municipio de Buenos Aires de la provincia homónima, con sus 24 km entre la estación de Rivadavia y el Puente de la Noria; auténtica autopista de circunvalación, permite la fácil comunicación entre puntos extremos de la ciudad. El estuario del Plata está bordeado por una serie de avenidas (entre ellas las de Achaval Rodríguez y Rafael Obligado) que suelen denominarse con el nombre genérico de Avenida Costanera. Pero la calle de mayor trascendencia en la vida ciudadana es la de Rivadavia, que cruza la ciudad de E a O y se prolonga en los barrios del Gran Buenos Aires hasta una longitud total de 65 km. Divide la ciudad en dos grandes sectores: N y S, que otras calles menos importantes permiten subdividir a su vez.


    Buenos Aires monumental y cultural. Distinguen a la ciudad bonaerense, como a pocas en el mundo, sus admirables monumentos, que embellecen plazas, jardines y parques públicos. Así en el Parque de Palermo se ofrecen al visitante las estatuas de Avellaneda, Sarmiento, Garibaldi, Washington y otros muchos personajes ilustres, argentinos o extranjeros. En la anchurosa Avenida del 9 de Julio el famoso Obelisco conmemora el cuarto centenario de la fundación de Buenos Aires, mientras en la Plaza de Mayo la Pirámide es un símbolo de la libertad argentina, y la Casa Rosada la sede del Gobierno, con la estatua del general Belgrano erguida frente a ella. En un extremo de la Plaza del Congreso aparece en toda su magnificencia el Palacio del Congreso, coronado por atrevida cúpula de 85 m de altura. Otros hitos monumentales son la estatua de Cristóbal Colón en la plaza de este nombre (actualmente trasladado a otro sector de la ciudad y reemplazado por un monumento a Juana Azurduy), la típica Torre del Reloj, el Cabildo, la Casa de la Moneda, el Palacio de la Suprema Corte de Justicia, la Intendencia Municipal, el Palacio Anchorena (hoy llamado San Martín y en el que se aloja la Cancillería), el Museo Nacional de Historia Natural, las diversas legaciones y embajadas extranjeras.

    Entre los edificios religiosos notables cabe mencionar la Catedral, cuya construcción duró desde 1620 a 1804 y que se encuentra en la intersección de las calles San Martín y Rivadavia; destaca no sólo por sus magníficas proporciones, la belleza de su fachada debida a Rivadavia y los cuadros y estatuas de mérito artístico, sino también por estar en ella los mausoleos de José San Martín y del Soldado Desconocido de la Independencia Nacional. Se veneran el Cristo de Buenos Aires y la Virgen de la Paz. Otros numerosos templos encierran obras de mérito y así en la iglesia de la Merced puede admirarse una efigie del Señor de la Humildad y Paciencia, en la de San Francisco un bello claustro, en la de Santo Domingo la tumba del general Belgrano y en la de Santa Felicitas sus hermosas y agudas torres. Existen incluso algunos templos no católicos de interés, como la sinagoga judía de la calle de la Libertad y la iglesia escocesa de San Andrés.

    Buenos Aires constituye un gran centro cultural y editorial importante del mundo hispánico. Son legión sus instituciones docentes y científicas, entre las que sobresale por su trascendencia la Universidad Nacional de Buenos Aires, fundada en 1821 y que cuenta con Facultades de Filosofía y Letras, Medicina, Farmacia y Bioquímica, Odontología, Derecho y Ciencias Sociales, Ciencias Económicas y Agronomía, además de numerosos institutos de estudios especiales integrados en esas mismas facultades.

    Además de las valiosas bibliotecas que encierran las facultades universitarias, destacan en ese ramo de la cultura la Biblioteca Nacional (1812), la del Congreso, la del Archivo Nacional, la Popular del Municipio, la de Prensa, la de la Sociedad Tipográfica Bonaerense y la del Jockey Club. Aún más notables son algunos de sus museos, como el de Historia Natural (1823), uno de los más importantes del mundo en su género; el Histórico Nacional, el Nacional de Bellas Artes, el de Armas, el de Arte Decorativo, el de Productos Nacionales, el Instituto Bonaerense de Numismática y Antigüedades, y otros varios que constituyen magnífica fuente de cultura para los estudiosos.

    Tan magnífico desarrollo cultural queda plasmado en numerosas instituciones de carácter académico, como la Academia Nacional de la Historia, la Nacional de Ciencias Morales y Políticas, la Argentina de Letras, las Nacionales de Derecho y Ciencias Sociales, de Medicina, de Ciencias Físicas y Matemáticas, y otras muchas más, apadrinadas algunas por colectividades extranjeras como la Dante Alighieri y el Ateneo Iberoamericano, y otras más típicamente nacionales como el Instituto Belgraniano, el Geográfico Militar, el Sanmartiniano, la Sociedad Bolivariana, el centro de Historia Mitre y el Instituto Argentino de Derecho Internacional.

    Cierta relación con el aspecto cultural tienen los lugares de esparcimiento del espíritu o los de desarrollo físico armónico. Hay por tanto que citar sus numerosísimas salas de espectáculos —cines, teatros, salones de baile—, entre los que es verdaderamente famoso el Teatro Colón, uno de los de mayor capacidad del mundo con sus 75 m de longitud y, en menor escala, los de la Ópera, San Martín, Odeón y Victoria. Todos los deportes universalmente practicados han adquirido desarrollo en Argentina y especialmente en Buenos Aires, pero el de mayor arraigo popular es el fútbol. Se practican también con intensidad el baloncesto, ciclismo, automovilismo, esgrima, remo, atletismo, polo y natación. Existen autódromos y velódromos en los que se celebran competiciones de carácter internacional. Pero quizá en este orden de cosas nada tiene tanta importancia como el Hipódromo Argentino, uno de los más conocidos del mundo, ya que en él se celebran las principales carreras de caballos, deporte al que son muy aficionados los porteños. La pesca y los deportes naúticos tienen también amplio desarrollo. Son muy numerosos los clubs y sociedades de carácter deportivo, de muchos de los cuales se ha hecho mención al describir la ciudad.

    En el campo del espíritu no puede olvidarse el aspecto religioso; Buenos Aires es el centro eclesiástico de Argentina y por ello asiento del más importante obispado del país, fundado en 1620 por Paulo III, que lo disgregó de la diócesis de Asunción (Paraguay). Mediado el siglo XIX alcanzó la categoría de arzobispado.


    Actividad económica. Es indudable que Buenos Aires constituye el centro económico de Argentina, tanto por la potencia de su industria y la actividad de su puerto, como por ser el mayor centro de consumo que atrae productos —especialmente alimenticios— de gran parte del país y sobre todo en un radio de 100 km de distancia. Los cultivos cerealísticos de la Pampa dejan paso en las proximidades de la gran ciudad a un verdadero «cinturón hortícola» que abastece a la urbe de frutas, verduras, hortalizas, productos lácteos y otros alimentos de uso diario mediante una aureola de granjas avícolas, chacras, tambos, quintas y jardines. A los productos nacionales que Buenos Aires atrae por su red de comunicaciones internas hay que añadir los que llegan —de todos los países— por su puerto.


    El desenvolvimiento industrial de la ciudad, ya importante antes de 1939, experimenta un auge muy notable a partir de la II Guerra Mundial y del programa de industrialización emprendido por el presidente Perón.

    Hay fábricas de tejidos, tabaco, bebidas, artículos de cuero, productos alimenticios, papel y artes gráficas, maquinaria, automóviles y otros vehículos, materiales de construcción, aparatos eléctricos y productos químicos y siderúrgicos. Pero la industria más típica de la ciudad es la cárnica, simbolizada en los grandiosos mataderos y frigoríficos de Liniers, donde se sacrifican anualmente millones de bovinos, ovinos y porcinos. El desarrollo industrial de Buenos Aires se ve favorecido por la actividad del puerto, sus fáciles accesos desde el interior del país, la abundante mano de obra que por su parte determina un elevado consumo, ya que se trata precisamente de la población que alcanza un más alto nivel de vida dentro de la República. Aunque ciertos barrios de la ciudad tienen un carácter industrial más acusado, la tendencia moderna es una dispersión hacia los barrios periféricos, especialmente en el tipo de industrias que pueden afectar a la salubridad pública.

    Todo ese desarrollo industrial y comercial no hubiese sido posible si Buenos Aires no fuese a la vez el centro financiero del país y sede, por tanto, de sus bolsas, mercados de valores, sociedades aseguradoras y principales casas bancarias. En la capital argentina se centralizan la mayor parte de los negocios del país.

    Historia De La Ciudad De Buenos Aires: La historia de Buenos Aires marcha de consuno con la de Argentina y, en realidad, con la del Río de la Plata por la íntima vinculación entre una y otras. Los antecedentes históricos de la primera fundación de Buenos Aires radican en los viajes de Juan Díaz de Solís, descubridor del estuario platense... Para seguir leyendo ver: Historia De La Ciudad De Buenos Aires

    Véase Argentina; Avellaneda, Nicolás; Belgrano, Manuel; Garay, Juan de; Liniers y Bremond, Santiago; Mitre, Bartolomé; Perón, Juan Domingo; Rivadavia, Bernardino; Rosas, Juan Manuel; Saavedra, Cornelio; San Martín, José; Sarmiento, Faustino.
Actualizado: 24/09/2015
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  • Qué es la Casa Rosada

    La expresión "Casa Rosada" se refiere a un edificio emblemático ubicado en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Es la sede del Poder Ejecutivo Nacional y es conocido por su fachada de color rosado. La Casa Rosada es un símbolo importante de la historia y la política de Argentina y es visitada frecuentemente por turistas. Además, es el lugar desde donde el presidente argentino realiza anuncios y pronuncia discursos importantes.


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    Definición de expresión
    Definición de edificio
    Definición de emblematico
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