Definición de ciclo y sonidos cardiacos

1. Cada latido del corazón se descompone en una serie de fases sucesivas que constituyen el ciclo cardiaco. El estímulo que nació en el nodulo S. A. se extiende por las dos aurículas que, al ser excitadas, se contraen (sístole auricular) y vacían su contenido en los ventrículos. En este momento éstos se encuentran llenos por la sangre que entró en ellos a través de las válvulas auriculoventriculares durante la última parte de la diástole ventricular y la breve fase subsiguiente. Una corriente de reflujo hacia las venas produce una onda de distensión llamada pulso venoso. La sístole auricular dura alrededor de un octavo de ciclo. A su fin, los ventrículos, excitados por vía del nodulo A. V. y el fascículo A. V., entran en contracción. Esta se descompone en dos fases: en la primera, llamada fase isométrica, las fibras musculares se contraen para aumentar su tono, adaptarse al contenido líquido y producir un grado de tensión que permita el cierre de las válvulas A. V., pero sin disminuir su tamaño. En la segunda, la contracción aumenta, las fibras se acortan y la sangre, que como líquido es incompresible, se ve forzada a abrir las válvulas semilunares, abandona los ventrículos y penetra en las arterias, cuyas paredes distiende, al mismo tiempo que se incrementa la presión arterial sanguínea. La sístole ventricular dura alrededor de tres octavos del ciclo. Tan pronto como empieza la diástole ventricular, existe una lógica caída de la presión intraventricular, que es superada por la presión arterial, lo que produce un súbito cierre de las válvulas semilunares.
   
   
   La contracción isométrica y el cierre de las válvulas A. V. da lugar a un sonido grave y de relativamente larga duración que se denomina primer tono cardiaco. El brusco cierre de las semilunares determina la auscultación de un sonido breve y agudo, segundo tono del corazón. Entre el primero y el segundo tono está comprendida la sístole, de menor duración que la diástole, situada entre el segundo y el primero. Este hecho tiene gran interés fisiológico, porque la rapidez o lentitud con que se suceden los latidos cardiacos dependen principalmente de la duración de la diástole (la de la sístole la modifica muy poco). Esto representa que la diástole es periodo de descanso y recuperación del músculo cardiaco. Rellenas las cavidades al final de la diástole, una nueva sístole pondrá en marcha el ciclo siguiente.
   
   Para más información ver: corazón.

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