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Definición de ciencia política

 


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Definición de ciencia política

  1. La ciencia política es una de las llamadas ciencias sociales cuyo objeto, en términos generales, puede deducirse de su propia denominación.

    Pero ello supone una imprecisión tal que puede afirmarse que es problemática todo: si es posible una ciencia de la política; si existe una o varias ciencias políticas; en cualquiera de ambos casos el contenido de la una o varias ciencias políticas.

    La consideración de la Política como ciencia implica, en primer término, delimitar la materia propia, el objeto de su conocimiento, y, en segundo lugar, considerar si puede o no ser objeto de un tratamiento científico.

    El examen de la bibliografía existente permite con claridad apreciar que existe una diversidad de denominaciones carente de uniformidad, a la que se corresponde un muy variado contenido.

    Típicamente las obras dedicadas al conocimiento científico del fenómeno político se denominan «Derecho Político», en España; «Derecho Constitucional», en Francia; «Teoría del Estado», en Alemania; «Ciencia Política», en Inglaterra; denominaciones tampoco exclusivas en esos países donde coexisten con otras diversas.

    El contenido no se identifica por la denominación porque con diversos títulos se hallan contenidos idénticos y a identidad de títulos el contenido es por demás diverso.

    ¿Es posible una Ciencia Política?



    Lo que distingue cualitativamente las afirmaciones científicas de las opiniones del hombre de la calle, incluso cuando se exponen con las mismas palabras, es la conciencia de los métodos y los supuestos generales que tiene el hombre de ciencia.

    La verdad, así considerada, es una cualidad inherente no a la afirmación misma, sino al proceso mediante el cual ha sido alcanzada.

    En esta concepción, una ciencia es un cuerpo de conocimiento ordenado, conocido y progresivamente ampliado por los especialistas de ese campo del conocimiento mediante el uso de los métodos que tales especialistas en cuanto grupo han llegado a aceptar como el mejor camino para llegar al especial tipo de conocimiento de que se trate.

    Es este uso de métodos aceptados lo que hace que las afirmaciones científicas sean susceptibles de comprobación por otros hombres de ciencia; pueden rehacer el camino que llevó a la afirmación. Lo que convierte en ciencia un determinado campo del conocimiento no es el grado de generalización sino la exactitud y adecuación de las descripciones dadas.

    De este modo el profesor C. J. Friedrich plantea el problema de la posibilidad de la Ciencia Política; si en ella hay un campo de conocimiento, unos métodos y la posibilidad de predicciones, existe una Ciencia y no es preciso para ello la exactitud de las ciencias naturales, prototipo de lo científico.

    Se niega la posibilidad de existencia de una Ciencia Política por afirmarse que en ella no es factible el establecimiento de leyes como dice Waldecker.

    Otros autores, como Finer, lo niegan por las dificultades del estudio metódico y la interpretación de los hechos tan complejos que estudia.

    Afirman la posibilidad de tal ciencia otros autores como Gerner, que estima bastante para ser científico su estudio que se efectúe la investigación con arreglo a un plan, considerando la relación de causa a efecto; Holtzendorff estima que no se puede negar el carácter de ciencia a todas las experiencias sobre el Estado, criterio compartido por Jellinsk, Mohl, Janet y otros muchos.

    Un autor español, Álamo de Barrientos, en su obra Tácito español de 1614 se preguntaba: ¿no es ciencia ésta, sin la cual todas las demás ciencias, artes y oficios serían inútiles sin uso ni provecho?

    Historia de las ciencias políticas



    En octubre de 1949 se celebró en Waldleimingen un congreso de los rectores de las universidades de la Alemania Occidental y de Berlín convocado por el Ministerio del Estado de Hesse con el fin de discutir el problema de si la política puede considerarse como disciplina política.

    Según el resumen de dicho Congreso, los participantes llegaron a una conclusión afirmativa, decidiendo la creación de cátedras de Ciencias Políticas en todas las universidades y escuelas técnicas superiores de la República Federal Alemana.

    Los partidarios de dicha medida basaron su actitud en el ejemplo ofrecido por Francia y los Estados Unidos, donde existen hasta 4500 centros docentes de Ciencias Políticas.

    En setiembre de 1950, se reunió en Zurich el Primer Congreso Mundial de Ciencia Política con asistencia de representantes de 28 países con delegados de la UNESCO y de la ONU y en el discurso inaugural el profesor Quincy Wright determinó la naturaleza de la Ciencia Política estimando que la esencia peculiar de esa disciplina es la dialéctica del conflicto entre cooperación y oposición, pero dando por sentado que la Política es efectivamente una Ciencia, y el Congreso a través de la Comisión ejecutiva adoptó la decisión de llevar a efecto una encuesta sobre la enseñanza de la Ciencia Política en el cuadro de otra más vasta llevada a cabo por la UNESCO sobre la enseñanza de las ciencias sociales.

    Parece, pues, indiscutible la existencia de una Ciencia Política, aunque continúa la problemática en otros puntos como su contenido y su método.

    Históricamente, los hombres han especulado siempre por los problemas que la convivencia política implica.

    Desde los días de Aristóteles, dice Friedrich, el estudio de la Política ha oscilado entre los extremos de la pura descripción y la ética política, entre un panorama de la constitución de Atenas y un estudio de la Justicia y la vida buena.

    Platón, en La República, esbozó los principios ideales de la organización de la polis, el Estado griego de su época; Aristóteles, con un criterio más realista, estudió las Constituciones de muchas ciudades de su tiempo.

    Tanto la Patrística como la Escolástica más tarde trataron temas de la política, dentro de la teología y la ética.

    Maquiavelo, en El Príncipe, separó de modo radical la política de la ética y la moral, ocupándose de la dinámica de la acción política. Los nombres de Bodino, Montesquieu, Rousseau, Hobbes, Locke y tantos otros, más que políticos, filósofos y juristas, prestaron su contribución a los antecedentes de la Ciencia Política, pero ninguno de ellos, en realidad, abarcó en su obra los que por tal se entiende en los tiempos modernos.

    Hay que llegar concretamente al siglo xix para considerar las circunstancias que dieron lugar al nacimiento de la Ciencia Política.

    En el siglo xix el Estado sufrió un proceso de despersonalización y racionalización que le hizo aparecer, primero como simple sujeto de actividad organizadora a través de su derecho y después como sujeto jurídico, como Estado de Derecho que rige en Derecho, que se justifica en cuanto lo realiza, que se autolimita a producirlo, según expone Olleros.

    En dicho siglo los problemas de Gobierno en su estudio científico adoptan dos direcciones; una jurídica, el Derecho constitucional, y otra sociológica, la Ciencia Política.

    Para el primero, nacido en Italia a fines del xviii, toda norma promulgada adquiere pleno valor sin que tengan interés los problemas y aspectos no jurídicos; priva la hermenéutica constitucional y da de lado a los aspectos reales.

    Para la orientación sociológica que significa la Ciencia Política los términos cambian. Se origina, a juicio de algunos autores, como una reacción anglosajona frente al Derecho constitucional, que era más bien continental y, por carecer Inglaterra de una Constitución escrita, sus caracteres pueden sintetizarse en el pragmatismo y cuidado que presta a la eficacia y por su concreción al estudiar los sistemas políticos en su vigencia real.

    Cienia política norteamericana



    En Norteamérica el origen de la Ciencia Política parece situarse en el autor Burgess, quien distinguía entre Ciencia y Sociología políticas.

    El objeto de la primera estudia el Estado de acuerdo con la Constitución y nos muestra, por un lado, cómo expresa su voluntad en actos de gobierno y, por otro, cómo ese Estado ha sido creado y moldeado por el Estado aconstitucional; pero la Ciencia política no puede ir más lejos.

    La Sociología se ocuparía de ese Estado aconstitucional. En principio, pues, y pese a lo escasamente que se utilizaba el término Estado en Norteamérica, la Ciencia política parece tener a aquél como objeto de su estudio, en cuanto fenómeno fundamentalmente jurídico.

    Sin embargo, se reaccionó contra esa concepción, importada de Europa, y se preconizó por diversos autores, señaladamente por Ch. Beard, la constitución de una Ciencia política que condujera al saludable abandono de un conceptualismo de origen extranjero que resultaba falso en el terreno americano, por lo que debía orientarse hacia el estudio realista de las instituciones americanas a base del estudio de su funcionamiento real y en vista de las peculiaridades del hombre americano, de sus creencias básicas y de sus especiales intereses y aspiraciones.

    Esta imprecisión en el contenido de la Ciencia política en Norteamérica es denunciada por los propios autores y una breve excursión por las obras existentes de una idea de la misma.

    Ciencias política en Inglaterra



    En Inglaterra, ante la inexistencia de una Constitución escrita, que ya indicamos, y al ser extraño el concepto de Estado al modo continental, la Ciencia política se ha desarrollado fuera de una íntima relación con la Teoría del Estado.

    Ello ha implicado una dificultad extraordinaria para definir qué sea la Ciencia política y cuál debe ser su contenido. Salvo casos aislados, como el de Harold Laski, que tratan el Estado en su aspecto formal al tiempo que tratan otros aspectos de modo práctico y realista, la Ciencia política inglesa es poco sistemática.

    Es más, George D. H. Cole, afirma que no hay en Inglaterra una Ciencia Política como asignatura o disciplina independiente, sino una serie de conocimientos que no responden a una nomenclatura sistemática ni a un contenido preciso y diferenciado.

    Cita entre ellas la Teoría social y política o Teoría política; Ciencia Política, que consiste generalmente en el estudio combinado de la Teoría y las Instituciones políticas; Instituciones políticas, con aspectos comparativos; Jurisprudencia o Derecho teórico y Derecho constitucional, cuyo estudio se hace paralelamente al de la historia constitucional, preferentemente británica.

    Robson afirma que la Ciencia Política inglesa está esencialmente dividida en dos ramas: la Teoría, de una parte, y las Instituciones políticas y gubernamentales, de otra, sin que pueda establecerse una rigurosa separación. En ella es interesante hacer resaltar el acusado carácter histórico que se aprecia tanto en una como en otra de ambas ramas de la Ciencia, según el criterio inglés.

    Ciencia política francesa



    En Francia, el proceso ha tenido otros caracteres más definidos. Realmente no se ha hallado una Ciencia Política singular, sino un conjunto de Ciencias Políticas, considerando tales todas aquéllas que tengan por objeto el Estado, su naturaleza, su estructura, su funcionamiento, sus relaciones con otros grupos sociales colectivos, tanto en el interior como en el exterior, sus relaciones con los individuos, así como también los factores naturales humanos, económicos y sociales, que condicionan y determinan su existencia.

    Ciencias políticas: planteamiento filosófico



    Por esta amplitud la doctrina ha distinguido entre Ciencias Políticas en sentido estricto y Ciencias Políticas auxiliares, estas últimas muy numerosas toda vez que el Estado o más bien el fenómeno político puede ser objeto de múltiples aspectos, que, a su vez, constituyen el objeto específico de diversas ciencias, cuyos resultados han de ser tenidos en cuenta por la Ciencia Política estrictamente considerada.

    El planteamiento filosófico de la Ciencia Política lo hace el profesor Carro con una radical sencillez; es decisiva la toma de posición del sujeto ante su objeto. De las múltiples actitudes adoptadas puede hacerse una reducción, grosso modo, en cuanto a la temática política, a fin de lograr un esquema simple que valga de ordenador de todo el conocimiento enciclopédico de la política.

    La cuestión es ésta: ¿Dónde está el punto de partida: en la forma o en la materia?

    Kant partía de la forma de una política hipotética y objetiva no asentada en la realidad y esta forma política apriorística condiciona la materia múltiple y empírica que es el a posteriori, de manera que la realidad política material sólo es conocida a través del prisma formal elaborado por el sujeto pensante.

    Frente a la postura anterior está toda la corriente positivista, sociológica e histórica que parte de la materia real. El objeto del conocimiento es aquí la realidad política tal cual es.

    Aunque parece fuera de discusión que efectivamente existe una Ciencia Política o, si se prefiere, que la Política puede ser objeto de un tratamiento científico, sigue latente la cuestión de si todo ese complejo de conocimientos da lugar a la existencia de una Ciencia única o de un conjunto de Ciencias que pueda ser adjetivado de político.

    Tradicionalmente en los países anglosajones se ha utilizado el término Ciencia en singular, mientras en Francia y países latinos ha privado el uso del plural. La opinión general en los últimos tiempos, y significadamente desde 1950, parece inclinarse por el criterio singular, es decir, que pese a la complejidad de los acontecimientos políticos pueden ser agrupados en una ciencia única.

    No es incompatible esta actitud con los que siguen manteniendo la pluralidad de las Ciencias Políticas.

    Si la Política tiene una sustantividad propia, no hay inconveniente en admitir la existencia de ramas o especialidades en su conocimiento y estudio siempre que no se consideren como unidades con sustantividad propia.

    En todo caso hay que convenir en que, siendo unitario el objeto, por muy variadas facetas de que sea susceptible su estudio, parece mejor convenir en la unidad de la Ciencia que de él se ocupe.

    La dificultad, salvada la existencia de la Ciencia, es la clasificación de su contenido y ramas que la integran.

    Esta dificultad proviene de muy variadas causas que Carro resume así:

    en primer término, la naturaleza histórica de la Ciencia Política;

    en segundo lugar, hallarse en un acusado periodo de crisis; el partidismo que profesa todo teórico de la política; la estructura de los planos oficiales de enseñanza de la disciplina y, en último término, el peso de las diversas nacionalidades que, así como dan origen a muy diversos sistemas y realidades políticas, marcan una cierta impronta a las concepciones teóricas y doctrinales.

    Estas dificultades producen como consecuencia obstáculos que añadir a los anteriores para la concepción unitaria de la Ciencia Política, una extraordinaria libertad de acción al teórico en sus construcciones por la carencia de límites, por lo que el número y la variedad de las clasificaciones ofrecidas es abrumador.

    En España, el profesor Fraga recoge la Triada de Mclver y entiende que los caminos principales para una clasificación son tres: la ciencia que investiga cómo son gobernados los hombres; o bien, la que investiga cómo deben ser gobernados y, finalmente, cómo deberían ser gobernados. De este modo aparecen tres disciplinas; la primera, la teoría del Estado; la segunda, como una parte de la ética o disciplina filosófica, y la tercera, el arte o técnica política en el sentido de Maquiavelo.

    El autor español Posada, tras definir la Política como Ciencia, que es para él la Ciencia del Estado, se muestra partidario de la pluralidad de Ciencias Políticas distinguiendo entre las Ciencias Políticas generales y las particulares.

    Son generales la Filosofía de la Política, la Historia Política y la Ciencia Filosófico-histórica del Estado; entre las Ciencias particulares señala la Teoría del Estado, la Ética Política, la Estadística, Hacienda Pública, Sociología Política y otras.

    En esta línea de pluralismo, por estimar que no es posible abarcar todos los problemas del Estado en una ciencia única, Holtzendorff señala como Ciencias Políticas la Teoría general del Estado, el Derecho político general y positivo, el Derecho Internacional, la Economía Política, la Hacienda y la Ciencia de la Política.

    Sir Frederick Pollock divide la Ciencia Política en dos grandes grupos: la Política Teórica (Theoretical) y la Política Aplicada (Applied Politics); la primera comprendería una teoría del Estado, una teoría del Gobierno, una teoría de la Legislación y una teoría del Estado en cuanto persona artificial; la aplicada se refiere a los mismos objetos de la teórica, Estado, Gobierno, leyes, pero en otra relación y bajo otros aspectos.

    Willoughby señala como contenido de la Ciencia Política las siguientes: Ciencia Política descriptiva que trata de la descripción de las varias formas de la organización política; Ciencia Política histórica o investigación de cómo las formas políticas o gobiernos han aparecido y se han desenvuelto; el Arte de Gobierno o Política propiamente dicha y la Teoría Política o Filosofía que trata del examen filosófico de los diversos conceptos en que descansa la total Ciencia Política. Gettel señala como principales divisiones de la Ciencia, la Ciencia Política histórica o estudio del origen y desenvolvimiento de las formas de gobierno; la teoría Política o estudio de los conceptos fundamentales del Estado; la Ciencia Política descriptiva o análisis y descripción de las formas políticas existentes y la Ciencia Política aplicada o principios de Administración Pública.

    Clasificación de las ciencias políticas



    En un deseo de superar este confusionismo y llegar a una síntesis, en setiembre de 1948 y bajo los auspicios de la UNESCO se reunió en París una Comisión de especialistas, quienes propusieron una catalogación del contenido de la Ciencia Política, señalando sus campos de investigación.

    Su resultado es la siguiente articulación:

    1.—Teoría política.

    a) Teoría política.

    b) Historia de las ideas políticas.


    2.—Instituciones políticas.

    a) La Constitución.

    b) El Gobierno Central.

    c) El Gobierno regional y local.

    d) La Administración Pública.

    e) Funciones económicas y sociales del Gobierno.

    f) Instituciones políticas comparadas.


    3.—Partidos, Grupos y Opinión Pública.

    a) Los partidos políticos.

    b) Los Grupos y las Asociaciones.

    c) La participación del ciudadano en el Gobierno y la Administración.

    d) La Opinión pública.


    4.—Relaciones Internacionales.

    a) Política internacional.

    b) Organización y administración interna cionales.

    c) Derecho Internacional.

    Aunque no puede considerarse como una solución definitiva de la cuestión, es indudable que puede constituir un punto de partida y base de posteriores discusiones para precisar e incluso enmendar este esquema.

    El profesor Carro en España propone una clasificación de la Ciencia Política en Ciencia Política formal y Ciencia Política especial.

    La primera tiene su fundamento en que cualquier fenómeno político puro no se puede reconocer y representar mentalmente a no ser que una determinada forma se incorpore a la materia o realidad política producida.

    La Ciencia Política especial deriva del polifacetismo de la realidad política; casi todas las esferas de la vida en sociedad son actualmente abarcadas por las funciones políticas. El cuadro de clasificación puede establecerse así:

    Ciencia Política formal: Teoría Política, Historia política; Instituciones políticas comparadas.

    Ciencia Política especial: Derecho Político, Sociopolítica.


    De un modo menos sistemático otros autores enumeran las diversas ramas de la Ciencia Política como, por ejemplo, G. B. de Huszar, que le atribuye las siguientes:

    1) Derecho Constitucional y Administrativo.

    2) Estudio del Gobierno en sus diversos aspectos y análisis de los poderes.

    3) Administración Pública.

    4) Aspecto funcional del Estado, propaganda, grupos de presión, elecciones y otros aspectos.

    5) Aspecto histórico del Estado, su origen y evolución.

    6) Geografía política.

    7) Política teórica y Filosofía política.

    8) Aspecto internacional, relaciones entre los Estados en sus diversas manifestaciones.


    La unanimidad no existe, pues, en lo que al contenido propio de la Ciencia Política se refiere, aunque sí en que se trata de una verdadera ciencia con particularidades dimanantes del objeto de su estudio e investigación que exige métodos adecuados para ello que muy bien pueden ser comunes a otras ramas científicas, lo que no implica negación de dicho carácter científico.

    Ante este problema del contenido, dada su amplitud enciclopédica, no han faltado autores que mantengan sea objeto de la Ciencia Política el estudio de los principios o proposiciones fundamentales referentes a esa amplia zona de la vida social humana que comprende las relaciones entre gobernantes y gobernados, entre autoridad y libertad, consideradas a partir del hombre, unidad esencial.
Actualizado: 21/03/2024 - Autor: Leandro Alegsa
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  • Juicios y razonamiento en la ciencia política

    En la ciencia política, los juicios y razonamientos son fundamentales para analizar y comprender los fenómenos políticos. Un ejemplo de juicio en ciencia política podría ser: "El sistema político de un país es democrático porque respeta la separación de poderes y garantiza la participación ciudadana en las decisiones públicas".

    Por otro lado, un ejemplo de razonamiento en ciencia política podría ser: "Si un gobierno implementa políticas económicas que benefician a la clase trabajadora, es probable que esta clase social apoye al gobierno en las elecciones".


    Sugiero leer:

    Definición de ciencia
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    Definición de razonamiento
    Definición de fenómeno
  • Objeto de estudio de la ciencia política

    El objeto de estudio de la ciencia política es el análisis de las estructuras, procesos, comportamientos y fenómenos políticos que se dan en la sociedad.

    Esto incluye el estudio de las instituciones políticas, los sistemas de gobierno, las relaciones de poder, la toma de decisiones, la participación política, entre otros aspectos relacionados con la política y el gobierno.

    Por ejemplo, la ciencia política analiza cómo se forman los partidos políticos, cómo se llevan a cabo las elecciones, cómo se ejerce el poder en una sociedad, entre otros temas.


    Sugiero leer:

    Definición de ciencia
    Definición de política
    Definición de análisis
    Definición de estructura
    Definición de comportamiento
  • Metodo de investigación de la ciencia política

    El método de investigación en la ciencia política se basa en la observación, la recopilación de datos, el análisis y la interpretación de fenómenos políticos.

    Algunas de las técnicas comunes utilizadas en la investigación en ciencia política incluyen encuestas, entrevistas, análisis de documentos, estudios de caso y experimentos controlados.

    Por ejemplo, en un estudio sobre la participación política de los jóvenes, se podrían utilizar encuestas para recopilar datos sobre sus actitudes y comportamientos políticos.


    Sugiero leer:

    Definición de método
    Definición de investigación
    Definición de ciencia
    Definición de observación
    Definición de análisis
Fuentes bibliográficas y más información de ciencia política:
Análisis de ciencia política

Cantidad de letras, vocales y consonantes de ciencia política

Palabra inversa: acitílop aicneic
Número de letras: 15
Posee un total de 8 vocales: i e i a o í i a
Y un total de 7 consonantes: c n c p l t c

¿Es aceptada "ciencia política" en el diccionario de la RAE?

Ver si existe en el diccionario RAE: ciencia política (RAE)

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