Ebro (río europeo)

1. Río principal de la Península Ibérica, aunque no el más largo, ya que sus 928 km le dan el segundo lugar; su cuenca es, sin embargo., la más extensa (86000 km2) y su caudal el. más abundante. Además es netamente español, al contrario que los principales de la vertiente atlántica, que en su último tercio son portugueses. Su gran caudal es debido a las fuertes aportaciones de sus afluentes pirenaicos; en enero lleva 300 m3 pon Zaragoza y 600 a su paso por Tortosa, pero el mayor caudal lo registra en abril, merced a la fusión de las nieves pirenaicas, hasta alcanzar 400 m3 en Zaragoza y 1000 en Tortosa. En cambio, en verano, registra un marcado estiaje, que reduce su caudal medio a 100 y 250 m3 en las dos poblaciones citadas.
   
   Los límites de la cuenca del Ebro están señalados por los Pirineos centrales y occidentales y las Montañas Vasco-Navarras al N, la Sierra de Cadí y la Cadena Litoral Catalana al E y el Sistema Ibérico al S y SO. Tiene forma triangular, con vértice principal en Peña Labra. Comprende por tanto la totalidad de las provincias de Álava, Logroño, Navarra, Huesca, Lérida y Zaragoza y parte de las de Santander, Burgos, Soria, Teruel, Tarragona y Castellón. Los romanos lo llamaron oleum flumen o río del aceite por la calidad de este producto tan abundante en sus márgenes del Bajo Aragón.
   
   Nace a 50 km del Mar Cantábrico, en los manantiales de Fontibre, a 5 km de Reinosa y a 800 m de altitud; algunos autores, sosteniendo una teoría distinta acerca del nacimiento del Ebro, consideran que nace en las fuentes del río Híjar, que lleva más agua que los manantiales anteriores. El río Híjar nace en los ventisqueros del Pico Cordel (Peña Labra), 16 km más lejos que las fuentes de Fontibre, pero pierde por filtración una cantidad de agua semejante a lá que sale de los citados manantiales, lo que hace suponer que éstos derivan del Híjar.
   
   Tiene un alto curso angosto al descender de la zona montañosa, pasa por Reinosa en la provincia de Santander y entra después en la de Burgos, donde cruza la baja y pantanosa región de la Virga por divagantes meandros. En esta zona se ha construido el pantano del Ebro, que encierra 540000000 m3 y tiene una presa de 26 m de altura. Ciñen su curso los alzamientos de La Lora y La Bureba y sale a la llanura enriquecido por el aporte de los afluentes procedentes de las. montañas santanderinas.
   
   Dilata luego su cauce hasta Miranda, atraviesa una zona llana, sin más obstáculo que un muro de rocas calizas que ha de salvar en las «Conchas de Haro», y riega las riberas de Logroño, Álava y Navarra y los páramos y llanuras del Bajo Aragón, pasando por las ciudades de Haro, Logroño, Calahorra, Alfaro, Tudela y Zaragoza, donde su caudal se aumenta notablemente por el aporte del Gállego y el Huerva. El canal de Lodosa deriva sus aguas por la orilla derecha y fertiliza buenas vegas. Al atravesar la Rioja lo hace entre viñedos, ya al pie de escarpes que ha erosionado en las rocas margosas o bien por amplias terrazas. Sirve a trechos de línea fronteriza entre las provincias de Logroño y Navarra y una vez en ésta, en Tudela, los islotes limosos del río forman la huerta llamada «mejana», de ricos cultivos que se prolongarán por toda la comarca limítrofe al Ebro, que se llama «la Ribera», primero navarra y luego zaragozana. Por la provincia de Zaragoza recorre la tercera parte de su curso, acompañado en sus dos orillas por los canales de Tauste (43 km) por la izquierda y el Imperial de Aragón (96 km) por la derecha, rica zona de regadíos que concentra la mayor producción española de remolacha y alfalfa. Entre los tres canales de Lodosa, Tauste e Imperial riegan 55000 ha. Antes de alcanzar Zaragoza, el río ha pasado por Luceni, Pedrola y Alagón.
   
   Aguas abajo de Zaragoza, donde lame los muros de El Pilar, cruza entre encajados meandros las áridas llanuras del Bajo Aragón, donde apenas pueden aprovecharse sus aguas, y pasa sucesivamente por Pina, Sástago, Escatrón, Caspe y Mequinenza, donde se le une el Segre. Aquí se inicia un tramo difícil, pues las estribaciones escalonadas de la cordillera interior catalana le obligan a describir una amplia curva, a la par que el valle se estrecha entre Fayón y Tortosa, en un desfiladero de 100 km de largo por 100 m de ancho solamente; la técnica moderna lo aprovecha con una serie de saltos y presas de gran utilidad hidroeléctrica, como las centrales de Flix.
   
   En Tortosa entra el río en su curso bajo, cuando ya le quedan pocos kilómetros para llegar al mar. Su cauce se ensancha y desde Amposta se ramifica en varios brazos, que con las aportaciones aluviales han formado su gran delta, de 400 km2 de superficie, que se interna mar adentro 25 km. En la actualidad el delta sigue creciendo a razón de 4 m por año y el islote limoso de Buda divide la desembocadura en dos brazos, llamados Gola del Norte y Gola del Sur. Las aguas del cauce principal se desvían por el canal llamado de la izquierda y otro de la derecha, del que se bifurca el canal marítimo; todos ellos riegan los ricos arrozales.
   
   En las fuentes donde nace el Ebro se ha levantado recientemente un monumento en piedra sobre el que se ha grabado el pensamiento de Menéndez y Pelayo: «Río histórico que a toda la Península da nombre y que, después de saludar las férreas lindes de Vasconia y besar el muro triunfal y sagrado de Zaragoza, viene a rendir tributo al mar en la ribera tortosina, simbolizando en su majestuoso curso la unidad suprema y la diversidad fecunda de la historia patria.»
   
   Tiene el Ebro una gran importancia estratégica y económica; la primera se debe a que constituye una excelente línea de defensa paralela a los Pirineos; la segunda, a que sus aguas se aprovechan en cuatro canales para la navegación y para el riego de una extensa zona agrícola de más de 200000 ha. A su importancia navegable y agrícola hay que añadir la extraordinaria importancia que tienen sus afluentes de la izquierda para la producción de fuerza hidráulica; gracias a estos saltos ha podido alcanzar Cataluña su grado de desarrollo industrial a pesar de carecer de carbón.
   
   Cuenta el Ebro con más de doscientos afluentes, mucho más importantes en general los de la izquierda, que descienden de los Pirineos, que los de la derecha, que bajan del Sistema Ibérico, más próximo al curso del río, ya que la cuenca es disimétrica.
   
   Los primeros de la izquierda no tienen excesiva importancia; hay que citar al Nela, santanderino y burgalés, que nace entre el Castro Valnera y el Puerto del Escudo y recibe aguas, abundantes de Sierra Salvada; el Zadorra, que pasa por Vitoria y afluye al Ebro cerca de las Conchas de Haro; el Ega y el Aragón, que con el Arga, afluente del último, aumentan notablemente el caudal del Ebro; los ríos aragoneses: Arba, que cruza la árida región de las Bárdenas Reales, Gállego y, finalmente, el Segre, su principal afluente, y él pequeño Ciurana, río catalán.
   
   El plan de riegos del Alto Aragón tiende a ligar los ríos pirenaicos por una red de canales para poder regar las sedientas tierras interiores. El canal de las Bárdenas y Cinco Villas, de 132 km, va del Aragón —regularizadas sus aguas por el pantano de Yesa— al Gállego; además del citado pantano existen en esa región los de San Bartolomé, sobre el Arba, y el de la Peña, sobre el Gállego, que permite regar 115 000 ha. Más ambicioso aún es el canal de los Monegros, empresa de gran envergadura; parte del pantano. de Botonera y se verá ayudado también por el canal del Cinca, con las aportaciones de este río embalsadas en el pantano de Mediano. Entre el Cinca y Segre corre el canal de Aragón y Cataluña y por la orilla izquierda del Segre el de Urgel.
   
   Los afluentes de la derecha son: Rudfón, Oca, que pasa por Pancorbo, y Tirón en su parte superior. Recibe después al Najerilla, que nace en la Sierra de Urbión y antes de salir a la llanura corre entre las de la Demanda y Cameros y pasa luego por Nájera; el Iregua, que se le une cerca de Logroño; el Cidacos, originado en la Sierra de Alba; el Alhama, Quedes y Jalón, al que recibe en Casetas. Pasado Zaragoza, donde recibe al Huerva, que procede de la Sierra de Cucalón y atraviesa el Campo de Cariñena, recibe el Ebro los siguientes ríos: Aguas, Martín, que procede también de la Sierra de Cucalón y se le une en Escatrón después de fertilizar la vega de Híjar; Guadalope, que nace en las vertientes septentrionales de la Sierra de Gúdar, cruza el Desierto de Calanda, recibe al Bergantes (procedente del Maestrazgo) y desemboca en el Ebro cerca de Caspe, después de 194 km de curso; y finalmente el Matarraña, que discurre por verdaderos barrancos y se une al Ebro aguas abajo de Payen. Véase Zadorra; Ega; Aragón; Gallego; Segre; Jalón; Cinca.

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