Juego de origen norteamericano disputado por equipos en local cubierto o al aire libre. Consiste en lanzar un balón al equipo contrario por encima de una red de 2,40 m de altura que divide en dos partes iguales el terreno de juego. Éste, rectan gular, es dos veces más largo que ancho; sus dimensiones varían considerablemente, aunque las longitudes más corrientes son 18 m en local cubierto y 24 m al aire libre cuando participan hombres y 12 m y 18 m, respectivamente, para equipos femeninos. Los jugadores, reglamentariamente seis en cada equipo, han de devolver el balón voleándolo, es decir, golpeándolo en el aire con la palma de la mano (no con el puño) o la cabeza antes de que rebote en el suelo. No está permitido darle con el pie, agarrarlo o retenerlo. Cada equipo forma en dos líneas, paralelas a la red, de tres jugadores cada una. El saque lo efectúa con el puño uno de los extremos de la línea zaguera, que debe enviar el balón al campo opuesto; si falla, los oponentes no se anotan tanto, pero el bando del sacador debe «rotar» su disposición: a derecha, si derecha ha sido el extremo sacador, o a izquierda en caso contrario. Así, el jugador «uno» ocupa el puesto del «dos», éste el del «tres», etc., o bien el «uno» desplaza al «seis», éste al «cinco», etc. El jugador que reciba el saque puede devolver el balón al bando contrario o, si lo estima más oportuno, pasarlo a un compañero mejor colocado para batir al contrario; sólo pueden realizarse dos pases seguidos en un mismo campo. Saca el equipo que haya hecho fallar al contrario y únicamente puntúa el bando que realiza el saque. El encuentro es a 15 tantos, pero en caso de empate a 14 la diferencia del ganador sobre el vencido debe ser de dos tantos. El balón es parecido al de baloncesto, aunque algo más pequeño y ligero.
