Disputa surgida entre Estados Unidos y Gran Bretaña por la pesca de la Foca en el mar de dicho nombre. Al comprar Alaska a Rusia (1867), Estados Unidos reguló la pesca de la foca en las Islas Pribilov y concedió el monopolio a una compañía norteamericana. Barcos de otros países se dedicaron, desgraciadamente, a dicha pesca en alta mar, lo que amenazó con extinguir la especie. En 1886, con la pretensión de que el Mar de Bering era jurisdicción exclusivamente norteamericana, Estados Unidos capturó varios barcos canadienses. Gran Bretaña elevó una enérgica protesta. Un tribunal internacional reunido en París (1893) rechazó la pretensión norteamericana y elaboró, en lo concerniente a la pesca pelágica de la foca, un programa quinquenal de regulaciones restrictivas. Estas resultaron ineficaces y se llegó casi a la extinción de la foca. Finalmente, en 1911, Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia y Japón firmaron un convenio que prohibía la pesca pelágica de la foca. Gracias a esta medida se ha logrado salvar la especie.