Bielorrusia constituye la divisoria de los ríos que desembocan en los mares Negro y Báltico, es decir, marca el límite septentrional del Dniéper, el Pripet, el Duina occidental y el Niemen, así como de los tributarios de la orilla derecha del Bug. Importantes canales, que se emplean principalmente para la flotación de maderas y el tráfico de barcazas, unen el Bug con el Pripet y el Dniéper con el Duina occidental por medio del Beresina. Existen tres regiones distintas en la comarca: Bielorrusia septentrional, con lagos de origen glaciar; Bielorrusia central, meseta con morrenas glaciales y colinas pintorescas y boscosas; Bielorrusia meridional, principalmente la extensa Polesia, tierra baja de la cuenca del Pripet, con muchos pantanos y dunas arenosas. Los pantanos cubren la décima parte del territorio de la república y con los lagos y ríos ocupan la quinta parte de la superficie. Casi las dos quintas partes del suelo son pastos y bosques; éstos solos cubren la cuarta parte del país. El clima, moderado por el Mar Báltico, representa una transición del clima continental de la Europa oriental a las temperaturas más húmedas de la occidental. Las lluvias son abundantes y la evaporación despreciable.