Maldicho es un participio irregular que proviene del verbo maldecir. Aunque es considerado anticuado por la Real Academia Española, se utiliza para referirse a algo o alguien que ha sido objeto de una maldición. Es importante tener en cuenta que la forma más recomendada y actualizada es maldecido, por lo que se aconseja utilizar esta variante en lugar de maldicho.