En el vasto mundo del español, muchas palabras compuestas pueden generar dudas al momento de escribirlas correctamente.
Un ejemplo clásico es el nombre del conocido animal de múltiples patas: el "ciempiés".
Muchas personas se preguntan por qué se escribe con "m" (ciempiés) y no con "n" (cienpiés), considerando que la palabra proviene de la suma de "cien" y "pies".
Su plural es: ciempiés ✅ (no varía), nunca "ciempieses" ❌.
La palabra "ciempiés" se forma efectivamente de la unión de "cien" (el número 100) y "pies" (plural de pie), debido a la creencia de que estos animales tienen cien patas.
Aquí entra en juego una de las reglas fonéticas y ortográficas más importantes del español: cuando una palabra termina en "n" y se une a otra que comienza con "p" o "b", la "n" cambia a "m".
Esto sucede porque la combinación "mp" (o "mb") resulta más fácil de pronunciar y sigue la tendencia natural en el idioma de evitar la combinación "np" o "nb", que es difícil para los hispanohablantes.
Por eso, en lugar de escribir "cienpies", se escribe "ciempiés", facilitando la pronunciación y respetando la evolución fonética del español.
La Real Academia Española (RAE) reconoce únicamente la forma "ciempiés" como válida, y advierte que la grafía "cienpiés" es incorrecta. Incluso, en el plural se debe decir "los ciempiés", siendo invariable.
El idioma español presenta reglas que, aunque puedan parecer extrañas a simple vista, tienen una base fonética y una finalidad clara de facilitar la comunicación.
El cambio de "n" por "m" antes de "p" o "b" es una de esas normas, y por eso el artrópodo de las cien patas siempre será, correctamente, un "ciempiés".