Artículo enciclopédico: bibliotecas europeas modernas
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bibliotecas europeas modernas

 


bibliotecas europeas modernas
  1. Bélgica. Hubo bibliotecas públicas en Amberes (1609), en Gante (1633) y en Lovaina (1636). En virtud de un real decreto de fecha 19 de junio de 1837 se establecía en Bruselas la Biblioteca Real, esto es, la Biblioteca Nacional de Bélgica, que absorbió a varias, bibliotecas antiguas. La Biblioteca Real contiene más de 2000000 de volúmenes.

    Bélgica posee varias grandes bibliotecas escolares en las universidades de Bruselas (cerca de 200000 volúmenes), Lovaina (550000 volúmenes), Gante (820000 volúmenes) y Lieja (1050000 volúmenes).

    La biblioteca de Lovaina, destruida por los alemanes durante la I Guerra Mundial y de nuevo en mayo de 1940, esta vez con gravísimas pérdidas, ha sido nuevamente restaurada después de la II Guerra Mundial. La Biblioteca Nacional fue respetada por la guerra; no así varias otras, como las de Ostende y Tournai, que, al igual que la de Lovaina, sufrieron graves daños.

    España. En España, como en los demás países, fueron durante la Edad Media los conventos los centros bibliotecarios con carácter exclusivo. En los más importantes radicaron selectísimas bibliotecas. La destrucción e incendio de conventos y la desamortización, acaecidos en el siglo xix, fueron causa de la pérdida o dispersión de buena parte de ellos. Pero como con los libros salvados de la destrucción creara el Estado las bibliotecas de muchas provincias y centros docentes, puede muy bien concluirse que las conventuales del medievo han sido solera generosa en donde muchas de las actuales tuvieron su fundamento.

    La Biblioteca Nacional de Madrid es la principal española por la cuantía numérica de sus fondos y el valor bibliográfico de su contenido. Su fundación se

    debe a Felipe V a principios del siglo xviii. El 1 de marzo de 1712 abrió la Biblioteca sus puertas al público con un fondo de casi 8000 volúmenes, integrados por libros traídos de Francia por Felipe V y por los existentes de antiguo en la torre alta del alcázar palaciego, en donde se guardaban en la llamada «Librería de la Reina».

    Después de haberse albergado en distintos edificios, la Biblioteca Nacional estableció su sede definitiva en el magnífico edificio que hoy ocupa en el Paseo de Calvo Sotelo de la capital de España, construido exprofeso por el arquitecto Francisco Jareño en 1896.

    Hoy guarda en sus estantes más de 1 600 000 volúmenes. En este número se hallan comprendidos 21 062 manuscritos, 2596 incunables, 46958 ejemplares raros, 30 000 libros hispanoamericanos y 32 305 piezas dramáticas. Como ejemplo de la calidad bibliográfica de sus fondos bastará citar los dos Comentarios al Apocalipsis de San Beato de Liébana, manuscritos de los siglos x y xi; la Biblia «Pauperum», impresión xilográfica de 1460, la de Maguncia de 1462 y los ejemplares de las Biblias políglotas de Alcalá y Amberes, impresas en el siglo xvi. Las secciones de que consta la Biblioteca se hallan agrupadas en tres grandes departamentos: el de Conservación, el de Bellas Artes y el de Fondos Modernos.

    Los servicios públicos son de tres clases: de lecturas en su recinto, de préstamo de libros y de información bibliográfica. El servicio de préstamos viene a constituir una biblioteca prácticamente independiente de la Nacional, aunque se halle instalada en la planta baja de su edificio. Sólo es autorizado el préstamo entre Bibliotecas del Estado y extranjeras. Para atender las peticiones a distancia funcionan dos importantes secciones: la de Laboratorios Fotográficos para el suministro de copias y microfilms de los fondos únicos o valiosos que no pueden salir de su recinto y el servicio de Información Bibliográfica para funciones de catalogación, ingreso de libros en bibliotecas españolas y consultas sobre fondos existentes en las mismas.

    La Biblioteca del Consejo Superior de Investigaciones Científicas cuenta con 1500000 volúmenes.

    La Biblioteca Central de la Diputación de Barcelona sigue en importancia a las citadas (500000 volúmenes). Tiene su origen en 1907, al constituirse el Instituí d’Estudis Catalans, y ocupa actualmente el local del antiguo Hospital de la Santa Cruz, en curso de restauración arquitectónica. Se halla dividida en las siguientes secciones: Sala general de lectura, de referencia y catálogos; Sala de revistas y obras de ciencia, puras y aplicadas; Préstamo a domicilio y entre bibliotecas españolas y extranjeras; Sección de manuscritos, que tuvo su origen en el fondo Aguiló (1908); Sección de pergaminos y series documentales. Especial personalidad tiene la sección de Música, que ha publicado numerosas obras de investigación y catalogación mu-sicológica. Esta biblioteca cuenta con laboratorio de restauración de libros y documentos, un laboratorio fotográfico, un servicio público de obtención, reproducción y lecturas de microfilms, un taller de encuadernación, un bar para los lectores y personal, y otros servicios. Son sus catálogos más importantes los siguientes: De impresos. Catálogo sistemático de materias. Catálogo alfabético de materias. Catálogo alfabético de autores. Catálogo de artículos de revistas. Catálogo de prensa y publicaciones periódicas. Catálogo especial de Incunables. Catálogo especial de libros arcaicos. Catálogo cronológico de libros impresos en Cataluña, Valencia y Mallorca, hasta 1600. Catálogo de Impresores de Cataluña, Valencia y Mallorca, , hasta 1600. Folletos históricos catalanes de los siglos xvi al xix. Teatro catalán. Bibliografía española de Italia. Catálogo de las Bibliotecas de Barcelona.

    Muy digna de mención es la Biblioteca del Real Monasterio del Escorial, en la ciudad de San Lorenzo del Escorial. Fundada con los 4000 volúmenes entregados por el rey Felipe II de su biblioteca particular en el año 1575, guarda hoy cerca de 50000* entre ellos

    1900 manuscritos árabes, 700 griegos, 2086 latinos y de otras lenguas vulgares y 73 hebreos. Esta biblioteca, destinada a ser una de las primeras de Europa por razón del excepcional privilegio, a ella concedido por su fundador, de poder adquirir gratis un ejemplar de todo libro publicado en los dominios de España, no ha alcanzado, empero, tal categoría en el orden cuantitativo. Causas de ello son, en primer lugar, la falta de utilización por negligencia de dicho privilegio, el incendio que en 1671 devoró más de 4000 manuscritos y muchos impresos y el traslado de muchos de sus fondos a Madrid por orden del Gobierno intruso de José Bonaparte en 1808. En sus vitrinas se exponen ejemplares manuscritos e impresos de incalculable valor, escritos en varios idiomas antiguos y modernos. Otras bliotecas españolas importantes son la de la Universidad de Madrid (450000 volúmenes) y la de la Universidad de Barcelona (430 000 volúmenes) con más de 1000 incunables. A. Echeverría


    Gran Bretaña. El British Muséum, Biblioteca Nacional inglesa, fue fundada en 1753 a base de los núcleos de las colecciones de los reyes ingleses y de las bibliotecas Cottoniana, Harleyana y Sloane. Pocas bibliotecas fueron establecidas en Inglaterra con anterioridad a 1800. Entre las primeramente instituidas se encuentran la de la Universidad de Cambridge (1278) y la Inn de Lincoln (1497). Los primitivos testimonios indican que la Biblioteca de la Universidad de Cambridge poseía pocos volúmenes antes del año 1425, fecha de un catálogo que comprendía sólo 52 libros. Esta Biblioteca contiene ahora cerca de 1500 000 volúmenes, 250000 mapas y más de 12 000 manuscritos, entre los que se encuentra el Codex Bezae de los cuatro Evangelios y los Hechos de los Apóstoles, donado a la Universidad por Beza. La biblioteca de la Universidad de Oxford, gemela de la anterior, es más conocida por la denominación de Biblioteca Bodleyana por su fundador y bienhechor, Sir Thomas Bodley. Fue abierta el 8 de noviembre de 1602, aunque data de más antiguo. Otra gran biblioteca universitaria es la de la Universidad de Londres, fundada en 1837 e integrada por'tres bibliotecas fundidas: La Biblioteca de la Universidad de Londres, que reúne 500000 volúmenes; la del University College (1829), que comprende 550000, y la del King’s College (1828), compuesta de 150000.

    La Biblioteca Científica de Londres es una institución nacional dedicada específicamente a la ciencia pura y aplicada; contiene cerca de 300000 volúmenes e incluye 14500 periódicos. La Biblioteca de la Oficina de Patentes, fundada en Londres en 1855, es una biblioteca científica y técnica de 300 000 volúmenes, que contiene las colecciones completas de las memorias impresas de las patentes de invención, de los índices y otras publicaciones de la Oficina Británica de Patentes, así como las memorias de invención, en texto íntegro o abreviado, de los dominios, colonias y países extranjeros. En la Biblioteca Nacional para Ciegos, abierta el año 1882 en Westminster, se guardan unos 250000 volúmenes (incluso de música), editados en caracteres Braille y Moon. Importante por sus servicios es la Biblioteca Central Nacional, de Londres, que presta libros a los lectores de todos los lugares de las Islas Británicas que lo soliciten por medio de la biblioteca local. Proporciona acceso a más de 21000000 de libros y funciona como centro nacional de préstamos entre bibliotecas y de información bibliográfica.


    Francia. Las modernas bibliotecas de Francia deben su origen, en muchos casos, a las primitivas colecciones de las órdenes religiosas y de los príncipes y hombres públicos. La mayor biblioteca de la nación y una de las mayores del mundo es la Bibliothèque Nationale de París, que data de la época de Luis XI (1480). Fundada por el Cardenal de Rochefoucauld en 1642, la Biblioteca de Santa Genoveva de París, segunda en importancia, es actualmente la biblioteca central de la Universidad de París y contiene un fondo de 800000 volúmenes, 30000 grabados, 1500 incunables y 4000 manuscritos. Es una biblioteca enciclopédica, especializada en filosofía, teología, derecho antiguo, medicina

    y ciencia. La Biblioteca de la Sorbona, formalmente organizada en 1289, forma parte de la Universidad de París. La Biblioteca del Arsenal, fundada en 1797 por Paulmy d’Argenson, y la Biblioteca Mazarino, establecida en 1643 por el Cardenal de este nombre, son dos instituciones culturales parisienses colocadas bajo la dirección del Estado.

    Las bibliotecas especiales sitas en París y dotadas de fondos importantes son: la Biblioteca de Arte y Arqueología (1907), con 250000 volúmenes; la de la Academia de Medicina (1870), con 250000 volúmenes; la de la Cámara de los Diputados (1796), con 900000 volúmenes y 1600 manuscritos; la del Conservatorio Nacional de Artes y Oficios, con 100000 volúmenes; la Histórica de la Marina (1922), con 120000 volúmenes; la del Instituto de Francia, con 1500000 volúmenes y 5000 manuscritos históricos; la del Senado (1818), con 370000 volúmenes sobre historia y derecho y 1300 manuscritos; la de la Sociedad de Geografía (1821), con 300000 volúmenes, 100000 mapas, 1500 colecciones de fotografías y 8000 negativos; la Histórica de la Villa de París (1871), con 450000 volúmenes y 3500 manuscritos, etcétera.


    Alemania. Las bibliotecas más antiguas constituyeron la columna vertebral del sistema bibliotecario alemán; este sistema comprendía en 1932, 2800 bibliotecas abiertas al público con un total de 55000000 de volúmenes: 120 de ellas contenían más de 100000 volúmenes cada una, 18 más de 500000 y 3 albergaban, cada una, más de 1 000000.

    Existe una gran diferencia entre las «Wissenschaft-liche Bibliotheken» o bibliotecas eruditas y las «Volks-büchereien» y «Bücherhallen» o bibliotecas populares. En el primer grupo están comprendidas las bibliotecas del Estado, las universitarias, las provinciales y municipales (Landesbibliotheken, Stadtsbibliotheken) y muchas de tipo especial. Las Volksbüchereien o populares son de fecha relativamente reciente y deben su establecimiento en 1839 a Karl Preusker y a su idea de bibliotecas públicas comunales, así como al historiador Friedrich von Raumer, quien proporcionó estímulo al movimiento del que resultó la institución de las primeras bibliotecas municipales berlinesas en 1850.

    Las bibliotecas públicas modernas, modeladas según las líneas de las de los Estados Unidos e Inglaterra, comenzaron a desarrollarse alrededor de 1900, en que apareció la tendencia a asociar las bibliotecas a las «Volksschulen» como consecuencia de la concepción germana de la biblioteca pública como el complemento natural, en cierta medida, de la escuela pública.

    Como quiera que no existía ninguna biblioteca nacional que recogiera todos los libros alemanes editados, la unión nacional de librerías, la «Börsenverein der Deutschen Büchhändler», estableció en 1912 la «Deutsche Bücherei» en Leipzig. En virtud de un concierto voluntario entre los editores, todas las publicaciones alemanas se depositaban en la citada organización. Anteriormente a la II Guerra Mundial era subvencionada no sólo por el estado de Sajonia y la ciudad de Leipzig, sino también por el Reich, y contenía una gran colección de grabados, mapas y reproducciones fotoestáticas junto con 1 500000 volúmenes. El periodo comprendido entre 1918, año del armisticio déla I Guerra Mundial, y 1933, año de la ascensión de Hitler al poder, estuvo repleto de dificultades y de confusión para Alemania, pero fue fecundo en investigaciones y experimentos, con una nueva actitud ante la vida y una nueva valoración de las relaciones sociales y conquistas culturales, fenómenos reflejados en el desarrollo de las bibliotecas públicas.

    Entre las principales bibliotecas de Berlín se encuentra la Öffentliche Wissenschaftliche Bibliothek (anteriormente Preussische Staatsbibliothek, fundada en 1659), con cerca de 1500000 volúmenes de una anterior colección que contenía unos 3 000 000; la Bibliothek des Statistischen Zentralamts, con alrededor de 120000 volúmenes reunidos desde 1945; la Berliner Hauptarchiv, fundada en 1598 y poseedora de 50000 volúmenes; y la Universitätsbibliothek, con 1100000 volúmenes aproximadamente.


    Italia. Célebre por sus tesoros bibliográficos y por sus antiguas bibliotecas de gran belleza, Italia posee 36 bibliotecas estatales (sin contar la del Vaticano) (v. Vaticana, Biblioteca). De las siete llamadas bibliotecas «nacionales», dos son bibliotecas centrales nacionales sitas en Florencia (Biblioteca Nazionale Centrale, fundada en 1747, con un fondo de 3400000 volúmenes) y Roma (Biblioteca Nazionale Centrale Vittorio Emanuele, fundada en 1875 y poseedora de 1940000 volúmenes). La Biblioteca de Roma, centro de cooperación y préstamo interbibliotecario, contiene el Centro Nacional de Información Bibliográfica.

    La primera biblioteca popular fue fundada en 1861 en Prato. Poco después de esta fundación fueron establecidas instituciones similares en 32 ciudades. Este movimiento fue en aumento hasta que, en 1893, había 1272 bibliotecas sostenidas por sociedades, poblaciones y escuelas. Después de 1900 fueron fundadas varias bibliotecas de corporaciones, sociedades y asociaciones. Éstas dieron mayor ímpetu al movimiento fundacional de bibliotecas populares. Un decreto de 1917 estableció la obligación, para cada municipio, de establecer y sostener una biblioteca popular independiente de la de la escuela. Una legislación ulterior, a partir de 1930, vino a fortalecer aún más el movimiento en pro de las bibliotecas populares. En 1930 fue constituida la Asociación Bibliotecaria Italiana con el fin de ayudar y estimular la acción del Estado y de la Administración local en favor de las bibliotecas públicas.

    Además de las mencionadas de Florencia y Roma existen grandes bibliotecas antiguas en Bolonia, Cagliari, Catania, Génova, Lucca, Milán, Módena, Nápoles, Padua, Palermo, Parma, Pavía, Pisa, Rímini, Sassari, Turin, Venecia, Verona y Vicenza.


    Rusia. Las bibliotecas estatales y privadas de la Rusia zarista contenían magníficas colecciones de libros raros y exquisitamente encuadernados; ellas han constituido las bases de las modernas. Se cree que hubo varios millares de tales bibliotecas durante la época zarista. No se conoce el número de las bibliotecas públicas por razón de que no se publicaron estadísticas bibliotecarias oficiales bajo el antiguo régimen. La re

    volución de 1917 centralizó en unas pocas bibliotecas públicas muchos de los libros que hasta entonces habían sido de propiedad privada. Se calcula que el distrito de Leningrado, de gran tradición cultural, reunió por si solo 25000000 de volúmenes. Otro tanto ocurriría en el de Moscú. Los comunistas establecieron nuevas bibliotecas importantes después de 1917, las cuales, a partir de este año, han ido aumentando grandemente su volumen. Por decreto del año 1920, las bibliotecas fueron colocadas bajo la dirección del Comisariado de Educación. Aumentaron los ingresos y, en 1926, el comisariado acometió el estudio del problema de la unificación. Las bibliotecas estatales están sostenidas por fondos del Gobierno. Las universitarias, provinciales y populares son financiadas en parte por el Gobierno y en parte con fondos locales. Las bibliotecas administradas por los sindicatos obreros, sociedades científicas, sociedades cooperativas, granjas colectivas, etc. (que son casi innumerables) dependen a efectos de su financiación de sus propios medios económicos, generalmente integrados por suscripciones. El Gobierno soviético es el único editor de los libros publicados en la URSS desde la revolución: éstos suman al año 30000 títulos aproximadamente en ediciones que totalizan la cifra de 450000000 de ejemplares. La principal organización editora es la Asociación de Editoras Estatales, la cual expide diariamente cerca de 100000 libros a todos los lugares de la Unión Soviética. Muchas bibliotecas de la URSS sufrieron graves daños durante la II Guerra Mundial y se cree que resultaron destruidos más de 23400000 libros.


    Europa central. Las principales bibliotecas de los países centroeuropeos son las siguientes: En Austria, la Nationalbibliothek, con 1436000 volúmenes, y la Universitätsbibliothek, con un fondo de 1290000 volúmenes, ambas en Viena; en Checoslovaquia, la Biblioteca Nacional y Universitaria de Praga, con 1530000 volúmenes; en Hungría, la Biblioteca de la Universidad de Péter Pázmány de Budapest, con 863000 volúmenes, y la Biblioteca Szechenyi del Museo Nacional Húngaro, en la misma ciudad, con 1331000 volúmenes; en Polonia, la Biblioteca Nacional Polaca, con 1 000000 volúmenes, la Biblioteca de la Universidad de Varsovia, con 1100000 volúmenes, y la Biblioteca de la Universidad de Wroclaw (Breslau), con 825000 volúmenes; en Suiza, la Universitätsbibliothek, con 1500000 volúmenes, y el Schweizerisches Wirtschaftsarchiv, con más de 400000, ambos en Basilea, la Bibliothèque Nationale Suisse de Berna, con 750000 volúmenes, la Bibliothèque Cantonale et Universitaire de Lausana, con 300000 volúmenes, la Bibliothèque Publique et Universitaire de Ginebra, con 450 000 volúmenes, la Biblioteca de las Naciones Unidas (originariamente fundada como Biblioteca de la Sociedad de Naciones en 1920), con 340000 volúmenes, y la Biblioteca de la Oficina Internacional del Trabajo, con 460 000 volúmenes.


    Países escandinavos y Holanda. En estos países, los sistemas de bibliotecas públicas existentes son de relativamente reciente desarrollo, reciben en mayor o menor grado subvenciones estatales y se hallan sujetos en alguna medida a la intervención y fiscalización del Estado. En los países escandinavos, el Departamento de Bibliotecas del Estado es una dependencia del Ministerio de Educación y la legislación social y cultural está muy avanzada. En Holanda, la labor corre a cargo de una organización autónoma y el factor predominante en. la totalidad de la estructura política y social es el aspecto religioso. Existe una sociedad central dfe bibliotecas públicas, encargada de administrar las subvenciones del Estado y de fomentar los intereses de las bibliotecas «neutras»; hay, además, una Unión de Bibliotecas de la Iglesia Reformada Holandesa para la protección de las suyas propias. Las bibliotecas nacionales y estatales datan de temprana fecha y contienen raros manuscritos y colecciones. Entre las grandes bibliotecas escandinavas se encuentran la Biblioteca Real de Copenhague, que guarda 1300 000 volúmenes, 4000 incunables y 35000 manuscritos; la Biblioteca Real de Estocolmo, con 800000 volúmenes, 1500000 folletos y mapas y 12500 manuscritos; la Biblioteca de la Universidad de Upsala, que contiene 1000000 de volúmenes y 19000 manuscritos; y la Biblioteca de la Universidad Real de Oslo, que constituye la Biblioteca Oficial Nacional de Noruega. La Biblioteca Nacional de Holanda es la Biblioteca Real, fundada en La Haya en 1798. Su colección contiene 700000 volúmenes y 30000 manuscritos.


    América del norte


    Canadá. Existen importantes bibliotecas públicas en Toronto (716000 volúmenes), Vancouver (175000), Edmonton (115000), Hamilton (197000) y Ottawa (200000).

    Las mayores bibliotecas del Canadá son las de sus universidades y, entre ellas, la de la Universidad McGill (Montreal), con 672000 volúmenes, y la de la Universidad de Toronto, con 700000.


    Estados Unidos. Las bibliotecas más antiguas, además de las privadas, fueron las adscritas a escuelas y colegios como la del Harward College (1638), la del William and Mary (1692) y la de Yale (1700).

    Durante el siglo xviii se hicieron populares las bibliotecas constituidas por grupos y sociedades en beneficio de sus socios, como la de Filadelfia fundada en 1731 por Benjamín Franklin. A comienzos del siglo xix se imitaron las bibliotecas mercantiles tan en boga a la sazón en Gran Bretaña; en 1870 funcionaban ya 70 bibliotecas de esta clase, como la de Filadelfia (1821), Albany (1833), Cincinnati (1835), Baltimore (1839), San Luis (1845) y San Francisco (1853). Función similar cumplieron los ateneos, que atendían a las necesidades de sus socios mediante una cuota módica.

    El paso siguiente fue el establecimiento de instituciones públicas gratuitas. Fue probablemente Josiah Quincy, alcalde de Boston, el primer promotor de una biblioteca pública. Pronto le imitaron numerosas ciudades. Actualmente cada estado tiene su «ley bibliotecaria», que regula el funcionamiento de las 7000 bibliotecas públicas del país. A pesar de tan elevado número, la Asociación Bibliotecaria Americana estima que hay 70 millones de norteamericanos sin suficientes facilidades en este orden; hay actualmente en Estados Unidos unos 500 condados carentes de bibliotecas públicas.

    Factores importantes en el desarrollo de las bibliotecas públicas norteamericanas han sido: la constitución de la Asociación Bibliotecaria Americana (1876); importantes donativos y legados particulares, principalmente para edificios, como la donación (40000000 de dólares) de Andrew Carnegie (1835-1919); el ingreso en la profesión bibliotecaria de eminentes personalidades; la sistematización de la formación profesional, y la presión liberalizante ejercida por el público bibliófilo. La intervención pública y la popularización de las bibliotecas han marchado al unísono.

    Desde su fundación en 1927, la Federación Internacional de Asociaciones Bibliotecarias ha laborado en pro de la compilación de estadísticas uniformes internacionales de producción de libros y de bibliotecas, la adopción de un convenio y código de normas para los préstamos internacionales entre bibliotecas, estudios sobre las posibilidades de una mayor uniformidad en la catalogación y clasificación, un código internacional de abreviaturas bibliográficas, una terminología bibliotecaria,N un convenio postal universal, el perfeccionamiento de los sistemas de depósito de la propiedad literaria, el intercambio de bibliotecarios y publicaciones, un catálogo internacional de manuscritos y la cooperación en muchos proyectos del Instituto Internacional de Cooperación Intelectual. Véase Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.


    América Central y del Sur


    Las más antiguas bibliotecas se remontan en estos países a la época del asentamiento, en que tuvo lugar un considerable movimiento de expansión cultural dirigido a la incorporación de las tierras recién descubiertas a las tareas de la civilización. De esta época datan establecimientos tan importantes como la Biblioteca de la Universidad de Santo Domingo, fundada en 1538. En el siglo xviii aparecen las primeras bibliotecas de carácter nacional, como las de Colombia (1777) y Ecuador (1792). Pero es sobre todo en el siglo siguiente, el de la independencia, cuando mayor ímpetu alcanza el movimiento fundacional. De él datan, en efecto, la mayor parte de las bibliotecas públicas importantes de los países americanos. A continuación ofrecemos una relación esquemática de la situación actual en cada uno de ellos.


    Argentina. Las principales bibliotecas se hallan distribuidas como sigue: tres en la capital (Biblioteca Nacional, fundada en 1810, con 650000 volúmenes, Biblioteca del Congreso de la Nación, fundada en 1859, con 200000 volúmenes y Biblioteca Nacional del Docente y del Estudiante Argentinos, con 100000 volúmenes), cuatro en la provincia de Buenos Aires, y una en cada una de las provincias de Santa Fe, Tucumán y San Juan. Las Bibliotecas Populares ascienden a más de 1500 con un total de 5500000 volúmenes.


    Bolivia. Son de notar la Biblioteca del Congreso, fundada en 1812, con hemeroteca y libros raros de historia, teatro, etc., y la Biblioteca Municipal «Andrés de Santa Cruz», fundada en 1838.


    Brasil. Hay en el país unas 2500 bibliotecas públicas, semipúblicas y privadas registradas por el Instituto Nacional del Libro. La Gran Biblioteca Nacional de Rio de Janeiro, fundada en 1810 con 60000 volúmenes, comprados en 1907 por el Brasil a la Biblioteca Real de Ajuda, contiene hoy 1000 000 de volúmenes, 600 000 manuscritos, 250000 grabados y mapas y 300000 volúmenes de periódicos.


    Colombia. En las principales ciudades y pueblos funcionan numerosas Bibliotecas Municipales y Bibliotecas Aldeanas bajo el control de la Biblioteca Nacional. Esta última, fundada en 1777, contiene 450000 volúmenes. Son también importantes la Biblioteca del Banco de la República y la Biblioteca de la Universidad, todas en Bogotá.


    Costa Rica. A la Biblioteca Nacional, con 100000 volúmenes, fundada en 1888, sigue en importancia la Biblioteca de la Universidad de Costa Rica, fundada en 1952, ambas en San José.


    Cuba. Entre sus principales bibliotecas citaremos la Nacional, con 260000 volúmenes, fundada en 1901; la de la Sociedad Económica de Amigos del País, con 350000 volúmenes y colecciones de periódicos de La Habana anteriores a 1878; y la Histórica Cubana y Americana, fundada en 1938.


    Chile. Destacan aquí la Biblioteca Nacional, con más de 500000 volúmenes, 640 manuscritos y 83 incunables, fundada en 1813; la Biblioteca de la Universidad de Chile y la Biblioteca del Congreso Nacional, con 200000 volúmenes.


    Dominicana, República. Su biblioteca más importante, la de la Universidad de Santo Domingo, fundada en 1538, contiene 115000 volúmenes, 500000 revistas, microfilmes, etc.


    Ecuador. Son notables la Biblioteca Nacional, fundada en 1792, con 500000 volúmenes, de los cuales 7000 datan de los siglos xvi-xviii; y la Biblioteca de la Universidad Central, con 50000 volúmenes.


    El Salvador. Su Biblioteca Nacional, fundada en 1867, cuenta con una importante colección de obras de principios del siglo xix relativas a los países hispanoamericanos.


    Guatemala. La fundación de la Biblioteca Nacional de Guatemala data de 1879 en que recibió los depósitos de la Sociedad Económica de Amigos del País. Actualmente reúne unos 80000 volúmenes.


    Haití. En Port-au-Prince, la Bibliothèque Nationale d’Haïti, con 40000 volúmenes, fundada en 1939.


    Honduras. Destaca sobre todo la Biblioteca Nacional, radicada en Tegucigalpa.


    México. En la ciudad de México existe la Biblioteca Nacional que, fundada en 1857, reúne más de 500000 volúmenes y 500000 folletos, manuscritos y mapas de gran interés histórico. En 1940 se fundaron las primeras Bibliotecas Municipales impulsadas por la Sociedad de Amigos de la Biblioteca, que se encargó de reunir fondos y libros. En 1945 el Distrito Federal poseía 14 Bibliotecas Municipales. En la Biblioteca del Archivo General de la Nación se guardan preciosos documentos relativos a los primeros asentamientos. La Biblioteca del Congreso de la Unión, fundada en 1936 reúne 50000 volúmenes; la Biblioteca Central del Instituto Nacional de Antropología e Historia, fundada en 1850, contiene 130000 volúmenes; y la Hemeroteca Nacional de México, fundada en 1912, guarda 65 000 volúmenes de periódicos, algunos del siglo xviii.


    Nicaragua. Son de señalar la Biblioteca Nacional y la Biblioteca Centroamericana, radicadas en Managua.


    Panamá. Sus centros más importantes son la Biblioteca Nacional, con 60000 volúmenes, fundada en 1892, y la Biblioteca de la Universidad de Panamá, con 50000 volúmenes, fundada en 1935.

    Paraguay. Su Biblioteca Nacional, fundada en 1902, reúne unos 20000 volúmenes.


    Perú. Cuenta con una Biblioteca Nacional, fundada en 1821, que atesora ejemplares de las primeras obras editadas en Perú e Hispanoamérica. A ella sigue en importancia documental la Biblioteca Central de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, con más de 70000 volúmenes, algunos de gran valor histórico en su sección peruana.


    Uruguay. Citaremos la Biblioteca Nacional, fundada en 1816, con 250000 volúmenes y la Biblioteca del Poder Legislativo, con 90000 volúmenes, ambas en Montevideo.


    Venezuela. Su Biblioteca Nacional, fundada en 1833, reúne más de 200000 volúmenes. En su seno comenzó a funcionar en 1954 la Hemeroteca Nacional. Señalemos también la Biblioteca de la Universidad Central, con 50000 volúmenes y la Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, con 40000.

    De mayo a julio de 1947, unos 30 bibliotecarios de los países iberoamericanos se reunieron con sus colegas de Estados Unidos y Canadá en la Biblioteca del Congreso de Washington (D.C.), para celebrar una Asamblea de Bibliotecarios de las Américas que discutiese los problemas de interés mutuo y formulase planes para un intercambio permanente de ideas y líneas de acción.


    Lejano Oriente


    China. Desde tiempo inmemorial hubo bibliotecas imperiales y familiares en este país, pero ninguna de upo nacional como las que se encuentran en Europa. Se afirma que durante las dinastías Sung (960-1279), Yuan (1280-1368) y Ming (1368-1644) abrían sus puertas a todos los estudiantes las bibliotecas de la Academia Imperial y de las facultades del Estado en las distintas provincias. En 1783, el emperador Chi’en-lung ordenó la reproducción en seis copias manuscritas, confeccionadas por numerosos estudiantes y amanuenses, de la célebre biblioteca imperial (Ssu K’u Ch’uan Shu), de los más importantes libros de China en aquella época. Tres de esas copias fueron custodiadas en bibliotecas especialmente. construidas, en im

    portantes centros docentes, para el uso público. Después de la Guerra Chino-Japonesa de 1894-95 y de la Rebelión de los Bóxers de 1900-01 se avivó en China el interés por la educación del pueblo. En 1902, Lo Chenyu abogó por un sistema de bibliotecas públicas en todo el país. El movimiento en pro de las bibliotecas públicas recibió un gran impulso con la Revolución Literaria y el Renacimiento (1917), el Movimiento Estudiantil (1919) y el Movimiento de Educación de las Masas (1920). Constituyó otro estímulo la fundación de la Biblioteca Boone y de la Escuela Bibliotecaria en Wuchang por Mary Elizabeth Wood.

    Aunque la Biblioteca Nacional de Pekín data de 1900, apenas pudo efectuar progresos hasta 1925, fecha en que la Fundación China para el Desarrollo de la Educación y la Cultura dedicó a tal fin dinero procedente del fondo de Indemnización Bóxer. En junio de 1929 se fundieron en una entidad la Biblioteca Nacional y la Biblioteca Metropolitana y el 25 de junio de 1931 fue inaugurada la nueva Biblioteca Nacional. La Asociación Bibliotecaria de China se estableció en 1925.

    Muchas de las colecciones bibliotecarias se perdieron o trasladaron a la China occidental durante la II Guerra Mundial y después fueron nuevamente establecidas dondequiera que fue posible hacerlo. La provincia de Yunnán va a la cabeza de las demás en lo tocante al número de bibliotecas. La Biblioteca Nacional Central, fundada en Nanking, fue trasladada a Peisa, aunque mantiene una sección en Chungking. La Biblioteca Nacional de Pekín, con parte de ella en Kunming, es otra importante biblioteca china.


    Japón. Se considera al Un-tei, Hogar del Papiro, fundado por Isonokami-Yakatsugu, alto funcionario en el reinado del emperador Konin, año 775 d. de J.C., como el origen de las bibliotecas japonesas. Esta biblioteca recogió libros inspirados por la filosofía china y admitió a todos los estudiantes que podían dedicarse a consultarlos. Los sacerdotes budistas conservaron las bibliotecas durante la Edad Media; en la Moderna, los libros fueron guardados en bibliotecas privadas, principalmente para uso de los samurai (clase guerrera). Después de la restauración de Meiji en 1868, el Departamento de Educación fundó una biblioteca en Tokio (1872), que fue el origen de la Biblioteca Imperial. En los años 1911 y 1912, respectivamente, el Servicio Internacional de Permuta de Libros y la Escuela Bibliotecaria, establecidos por el Departamento de Educación, fueron colocados bajo la dirección de la Biblioteca Imperial. Antes de la II Guerra Mundial había en dicha Biblioteca un fondo superior a los 800000 volúmenes, más de 100 000 de los cuales eran libros occidentales. Gomo resultado de la revisión de la ley de bibliotecas de 1933, se hizo obligatorio el establecimiento de una biblioteca en cada prefectura con el carácter de órgano director e inspector de todas las radicadas en su demarcación territorial; a consecuencia de esta reforma, la Biblioteca Imperial se convirtió en el centro de la actividad bibliotecaria del Japón.

    Entre las principales bibliotecas de Tokio se encuentran la de la Universidad de Tokio (fundada en 1893 y reorganizada en 1928), con 1853000 volúmenes); la Biblioteca Hibiya de la Ciudad de Tokio (fundada en 1908), con un fondo de 500000; la Biblioteca de la Dieta Nacional (fundada en 1928, biblioteca registro de la propiedad literaria), que guarda 3500000 volúmenes, y la Biblioteca Ministerial, con cerca de 471000.


    India. Las bibliotecas indígenas y extranjeras son numerosas en la India, si bien pocas alcanzan grandes proporciones. Las primeras colecciones radicaron en los monasterios budistas y jainistas, así como en las bibliotecas particulares de los reyes hindúes y mahometanos y de los emperadores mogoles. La mayor y más importante biblioteca es al presente la Imperial de Calcuta, fundada en 1902 y poseedora de un fondo de 400000 volúmenes.


    Australia y Nueva Zelanda. Fundada en 1902 en Canberra, la Biblioteca Nacional de la Commonwealth es la institución de la propiedad literaria de Australia y en ella radican la Fototeca y Discoteca histórico-nacionales. Una de las más antiguas y mayores bibliotecas de Australia es la Biblioteca Pública de Nueva Gales del Sur, en Sydney, fundada en 1826. Biblioteca registro de la propiedad literaria, posee más de 572000 volúmenes e incluye la Biblioteca Mitchell de documentos australianos y la colección William Dixson de cuadros y documentos históricos. Entre los 700000 volúmenes de la biblioteca pública de Victoria en Melbourne, fundada en 1853, se encuentran colecciones especiales dedicadas a las artes, música, heráldica, genealogía y tipografía, así como la shakespeareana y la australiana. La Biblioteca de la Universidad de Melbourne posee más de 160000 libros. La mayor biblioteca de Queensland es la de la Universidad del mismo nombre (1911), en Brisbane, con alrededor de 95000 volúmenes. La Biblioteca Pública de Australia occidental (1887) goza de los privilegios estatales de propiedad literaria y guarda 200000 volúmenes aproximadamente. En Australia del Sur, la Biblioteca Pública de Australia del Sur (1884), en Adelaida, goza de los privilegios estatales de propiedad literaria y contiene 290000 volúmenes, mientras la de la Universidad de Adelaida (1876) guarda 158000.

    Para más información ver: biblioteca.
Actualizado: 24/07/2015
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