Secta religiosa, cuyo nombre significa «consagrado a Dios». Eran bereberes del Sahara, principalmente de la tribu de Lamtuna, convertidos al islamismo en el siglo xi por Abdalá Benyasin, que los lanzó a la conquista del N de Africa. Después de la toma de Toledo por Alfonso IV (1085) fueron llamados en auxilio por los reyes de taifas, asustados por los avances cristianos. Yúsuf Ben Texufin, jefe de los almorávides, pasó el Estrecho de Gibraltar y derrotó a Alfonso VI en Zalaca (1086). Cuando los alfaquíes le pidieron que destronara a los taifas por su irreligiosidad, Yúsuf lo hizo con gusto en 1090-94. Durante su reinado y los de sus sucesores Alí (1106-43) y Texufin (1143-45) los alfaquíes vieron colmadas sus aspiraciones porque estos príncipes eran muy devotos; en cambio, los literatos, poetas y filósofos no podían vivir bajo el régimen de la intolerancia. Lo misma sucedía a los cristianos, muchos de los cuales emigraron del S al N; otros fueron desterrados a África. Con Ishac, hermano y sucesor de Texufin, acabó a manos de los almohades, en 1146, el imperio de los almorávides.