Antigua prov. septentrional chilena. Fue una de las más extensas, con 79883 km3. Limitaba al N con la de Antofagasta, al E con la Argentina, al S con la provincia de Coquimbo y al O con el Pacífico. Fue una de las divisiones administrativas de Chile existente desde 1843 hasta 1974.
Comprendía dos regiones diferentes: los Andes, que se presentan como un muro macizo, difícilmente franqueable y con elevadas cumbres como Cerros Colorados (6049 m), Tres Cruces (6356), volcán Copiapó (6080) y Cerro del Toro (6380); de ellos se desprende una serie de estribaciones que hacen desaparecer la llanura central que se presenta en la mayor parte de Chile y enlazan con una serie de mesetas costaneras de una altura media próxima a los 500 m. El clima es caluroso y seco: la temperatura media anual es de unos 16 °C; las lluvias son escasas, pero hacia el S de la provincia se presentan con alguna regularidad y la caída anual se acerca a los 250 mm. Sólo dos ríos consiguen llegar al mar merced a los aportes de las nieves andinas: el Copiapó y el Huasco. La vegetación únicamente aparece en algunos valles en forma de bosques espinosos; por encima de los 1000 m, si hay aguas subterráneas, aparece la especie indígena llamada tamarugo; más arriba de los 2500 m los cactos desarrollan formas muy ricas y aparecen manchones de gramíneas duras que persisten todo el año.
La población comenzó a instalarse en esta provincia merced al progreso de la minería, pero a mediados del siglo xix y comienzos del presente fue superada en crecimiento demográfico por las provincias más septentrionales poseedoras de extensos salitrales y ricos yacimientos cupríferos. Copiapó, la capital, concentra un 25 por ciento de la población provincial; el resto se distribuye en pequeños establecimientos portuarios (Caldera, Totoral, Carrizal Bajo y Chañaral), en oasis (Toledo, Huasco y Vallenar) o en centros mineros (Potrerillos); fuera de estos núcleos humanos la provincia está prácticamente desértica.
La economía se apoya en la explotación de los recursos mineros. En un principio se explotó intensivamente la plata, especialmente en los yacimientos de Vallenar y Copiapó; en la actualidad no es más que un subproducto del cobre. A mediados del siglo XIX comenzó a intensificarse la minería del cobre y actualmente es la provincia de Atacama la que proporciona una gran parte de la producción chilena por medio del importante centro de Potrerillos, que exporta su. producción por los puertos de Chañaral y Caldera a los que está unido por ferrocarril. Más reciente es la explotación de los yacimientos de hierro comprendidos entre Huasco y Carrizal Bajo. La agricultura sólo ha podido desarrollarse en el regadío a lo largo de los ríos Copiapó y Huasco, especialmente en su curso medio, donde todavía conservan parte del caudal aportado por las nieves andinas; el cultivo más importante es la alfalfa para la alimentación del ganado, que completa su alimentación con los pastos andinos, que aprovecha mediante una serie de migraciones estacionales. El primer ferrocarril de América del Sur fue la línea Caldera a Copiapó, inaugurada el 4 de julio de 1851,
