Austria es un país de amplias riquezas mineras, entre las que destaca sobre todo el hierro, pero escasean, en cambio, los combustibles. Se obtienen antracita en la cuenca de Grünbach y lignito en Estiria. De petróleo se obtienen, en los pozos de Zisterdorf y Matzen, pero la producción ha empezado a descender: Varios oleoductos lo conducen a las refinerías de Drósing, Ebensee, Viena y Blockfliess-Korneuburg. En las mismas zonas se obtiene gas natural. En el campo energético hay que destacar sobre todo su potencia hidráulica —dado su relieve quebrado y el caudal de sus ríos.
De los minerales útiles destaca el hierro, con gran predominio de los yacimientos del Erzberg (Estiria), que proporcionaron los 9/10 del total, correspondiendo el resto a los de Radmer y Hüttenberg, en Carintia. Esa riqueza ferrífera ha promovido una próspera industria siderúrgica, que tiene sus centros principales en el gran establecimiento de Linz (uno de los mayores de Europa) y los de Krems, Leoben-Donawitz, Kapfenberg, etc.
Cuenta con depósitos de magnesita en Veitsch, Trieben y otros puntos de Estiria, que han permitido la instalación en Radenthein de una gran fábrica productora de material incombustible, que exporta sus productos a todo el mundo.