Cap. del estado de Lara (Venezuela). Su crecimiento moderno es realmente extraordinario, pues, aunque en 1840 solamente tenía 12000 h, la construcción del ferrocarril hasta el puerto de Tucacas (1877) facilitó, al mismo tiempo que las actividades económicas de la región, su crecimiento urbano; así en 1904 había alcanzado los 31000 h, incluidos los caseríos rurales. En 1926 la población ascendía ya a 35000, de ellos 23000 en el casco urbano, que estaba edificado a base de casas de un solo piso —por temor a los seísmos—, por lo que ocupaba un gran espacio. Desde entonces la prosperidad económica, basada en gran parte en el café, y su importancia administrativa y de otros órdenes han permitido un auge mucho más rápido: 105000 en 1950. Actualmente tiene una población de 1.242.351 (2013), lo que la convierte en la cuarta ciudad más grande y poblada del país.
La ciudad está situada en la altiplanicie que se forma entre la Cordillera del Caribe y la Sierra de Mérida, en la zona divisoria de aguas del Mar de las Antillas (ríos Tocuyo, Yaracuy, etc.) y del Orinoco a través de los Llanos (ríos Cojedes, Portuguesa, etc.). Esa posición, a 560 m de altitud y con un clima cálido (25 °C) pero atemperado por los vientos constantes del NO y las brisas marinas que remontan la fosa del Yaracuy, ha facilitado el desarrollo de ricos cultivos tropicales: café, caña de azúcar, algodón, maíz, frutas, etc.; los habitantes de la comarca han sabido sacar partido incluso de los suelos semiáridos que aparecen hoy cubiertos por plantaciones de sisal. La industria está representada por cemento, sacos de fibra, cabestros, hamacas y toda la gama de artículos de primera necesidad. Es por otra parte Barquisimeto un importante centro de comunicaciones, unido por el ferrocarril, a través de la zona cuprífera de Aroa al puerto de Tucacas; por carreteras enlaza con Carora por el O, Churuguara y Coro por el N, la comarca cacaotera de Duaca por el NE, San Felipe por el E, Acarigua por el S y Trujillo por el SE. Barquisimeto resulta, pues, una verdadera capital regional a la que afluyen los caminos procedentes del lago de Maracaibo, de la costa atlántica, de las serranías de Mérida y Trujillo, de los Llanos del Orinoco.
Se extiende la ciudad sobre una llanura abarrancada por el río y rodeada de cerros. Consecuencias del terremoto de 1612, que arrasó la población, son la ausencia de edificios antiguos y el mismo carácter impuesto a su caserío, a base de edificios de un solo piso; hoy posee sin embargo hermosas calles, plazas y jardines. Su disposición moderna es a base de calles en cuadrícula, con una gran avenida de circunvalación, la Concordia, y numerosas plazas, entre las que pueden señalarse: la de la Independencia, donde se encuentra la Estación, la de Altagracia, la de Miranda, Bolívar, San Juan, etc. Sus parques más famosos y amplios son los de Ayacucho y el del Country Club. Por el N la ciudad está bordeada por la quebrada La Ruesga, y por el S por el río Turbio, en cuyas inmediaciones la cosecha azucarera ha permitido crear una potente industria de este tipo. La ciudad es sede episcopal, sufragánea de la Metropolitana de Caracas. A su importancia administrativa une la cultural, con un magnífico Instituto La Salle. De sus edificios es quizá el más notable su Palacio de Gobierno.
La ciudad fue fundada por Juan de Villegas en 1552, con el nombre de Nueva Segovia de Barquisimeto, como consecuencia del descubrimiento de oro en Buría y en San Pedro, en la serranía de Nirgua. La ciudad se situó en una zona de fácil comunicación y más saludable que aquélla en que radicaban las explotaciones mineras; este lugar fue llamado El Tejar (actual Peñón), no lejos de Cabudare. De este lugar elevado pasó a las márgenes del río y en 1562 se emplazó en el lugar que actualmente ocupa. Por su posición avanzada en el interior, pero en contacto con la costa, sirvió de punto de escala a las expediciones organizadas en Coro para la la exploración interior del continente.
Actualizado: 23/07/2015
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