(1877-1961). Sacerdote y arqueólogo francés, nacido en Mortain. Iniciado en el arte rupestre por Cartailhac, en su compañía visitó por primera vez la cueva de Altamira (1902), de cuyos tesoros artísticos realizó insuperables reproducciones. Minucioso y profundo investigador, dio a la estampa numerosas obras fundamentales en el campo de la Prehistoria, como La caverne d’ Altamira à Santillana (1906), Vévolution de l’art quaternaire (1909), Les cavernes de la région cantabrique (1912), Les peintures rupestres schématiques de la péninsule Ibérique (4 vols. 1933-35), Les hommes de la pierre ancienne (1951) y Quatre cents siècles d’Art Pariétal (1952). Enseñó en el Colegio de Francia y colaboró muy fructíferamente con Obermaier.