(1403-61). Rey de Francia, quinto hijo de Carlos VI, a la muerte del cual (1422) los borgoñones e ingleses reconocieron a Enrique VI de Inglaterra como rey de Francia. Los «armagnacs», a despecho del Tratado de Troyes, reconocieron, sin embargo, a Carlos, que desde su capital de Bourges fracasó en sus intentos de detener el avance enemigo hasta 1429, en que Juana de Arco comenzó su meteórica carrera levantando el sitio de Orleáns y conduciendo a Carlos a Reims, donde fue solemnemente coronado. Cuando la doncella fue hecha prisionera, Carlos evitó cuidadosamente todo esfuerzo por salvarle la vida. A pesar de la ejecución de la heroína (1431) continuaron los triunfos de los «armagnacs». Por el Tratado de Arras (1435) Felipe de Borgoña, cuyo padre había sido asesinado por instigación de Carlos, reconoció al fin a éste como rey de Francia y borgoñones y armagnacs se reconciliaron. Enardecidos por el espíritu patriótico que supo inculcar el ejemplo de la Doncella de Orleáns, los franceses fueron desalojando a los ingleses de sus posiciones hasta que en 1453 sólo les quedaba en suelo francés Calais. La Guerra de los Cien Años había llegado a su fin. Carlos, en tanto, restableció el orden en el interior y reformó el Ejército y la Hacienda. Por medio de la Pragmática Sanción de Bourges (1438) sometió también al clero francés. Véase Carlos VI; Guerra de los cien años; Juana de Arco, Santa; Pragmática sanción.
