Heroína de un antiguo cuento de hadas. A causa del abuso de que era objeto por parte de sus hermanastras hubo de encargarse de los más bajos menesteres del hogar. Su hada madrina, sin embargo, la atavió para el baile del príncipe, advirtiéndole que lo abandonase al llegar la medianoche. En efecto, al sonar las 12, dejó Cenicienta el baile con tanta precipitación que, cuando salía corriendo del palacio, perdió una de sus chinelas. La encontró el príncipe que, gracias a ella, pudo llegar hasta Cenicienta y la hizo su prometida. De esta historia, que es de origen oriental, existen por lo menos 500 versiones sólo en el folklore europeo. La heroína aparece un tanto modificada en la leyenda alemana bajo el nombre de Aschenputtel (Aschenbrödel); su historia quedó incluida en la famosa colección de cuentos de hadas de los hermanos Grimm. Su equivalente italiano es Cenerentola. La versión moderna más conocida es la de Charles Perrault (Cendrillon, 1697). Este autor introdujo el detalle de la chinela de cristal (antes había sido de vero, piel vinculada a la nobleza), así como el de la hora crucial de las 12 de la noche. En relatos más primitivos es la madre muerta de Cenicienta quien la ayuda, a veces bajo la forma de algún animal servicial. El traspaso de esta misión benéfica al hada ma-
drina es consecuencia del lento refinamiento experimentado por la historia. El cuento original puede considerarse ilustrativo de la antigua ley que disponía la herencia en favor del más pequeño o bien como un mito natural en que se simboliza el triunfo de la aurora tras la oscuridad pasajera. La historia ha servido de base a numerosas óperas cómicas, a una fantasía orquestal de Eric Coates (1929), a una partitura de ballet de Prokofiev (1941-44) y a un film famoso de Walt Disney.
