Augusto tomó este nombre como hijo adoptivo de Julio César y lo transmitió a Tiberio, Calí gula, Claudio y Nerón, todos los cuales, por descendencia o por adopción, formaron parte de la familia. Posteriormente los emperadores usaron este nombre como título, prefijándolo a sus nombres propios. Cuando Adriano adoptó a Elio Vero, le permitió asumir el nombre de César, que después llevaron los presuntos sucesores del trono imperial, mientras que los emperadores reinantes se reservaban el título de «Augusto».
Las palabras kaiser, zar o tsar responden etimológicamente a César. Véase Suetonio Tranquilo, Cayo.