(1898-1981). Nombre artístico de René Chomette, director cinematográfico francés, nacido en París. Después de los primeros balbuceos en que trata de poetizar lugares parisinos (Paris qui dort, 1924; Le fantome du Moulin Rouge, 1925) o hace ensayos dadaistas (Entr'acte, 1924, con guión del poeta Picabia) destaca con Un sombrero de paja de Italia (1927) y Los dos tímidos (1928) para terminar triunfando con su primera película sonora, Sons les toits de Paris (1930), cuyo leitmotiv musical, una melodía de Moretti, tararea todo el mundo; Le Million (1931), quizá su más perfecta y simétrica armazón cinematográfica; A nous la liberté (1932), plástica y lírica, que recuerda a Tiempos modernos, de Chaplin; Quatorze juillet (1933), que vuelve a tocar los viejos temas familiares y parisinos; y Le dernier milliardaire (1935), cuyo fracaso comercial le lleva a Inglaterra. Aquí triunfa con The ghost goes West (1938) y fracasa con Break the News (1938). Reclamado por Hollywood, logra indiscutibles aciertos con Pasión fatal (1941), Me casé con una bruja (1942), Sucedió mañana (1944) y El vengador invisible (1945). De retorno a Francia tras la Liberación colabora en la resurrección del cine galo con El silencio es oro (1946); La belleza del diablo (1946), nuevo Fausto que plantea el pavoroso problema del mundo abocado a una destrucción atómica; Mujeres soñadas (1952), la nostálgica Grandes maniobras (1955) y la cálida y humana Puerta de las lilas (1957).
