Anotación diaria de sucesos u observaciones. El hombre de letras, el intelectual o el militar escribe el resultado diario de sus lecturas o sus meditaciones; al comerciante le sirve para ordenar los apuntes en el libro de este nombre, mientras que al hombre de carrera le resulta también indispensable para registrar sus ocupaciones o compromisos. Con frecuencia los diarios han proporcionado materiales de inapreciable valor histórico. Entre los diarios de la literatura europea debemos citar los de Jovellanos, Pepys, Hebbel, Walter Scott, Kierkegaard, Pedro Antonio de Alarcón, Gide, etc. Dentro de la literatura hispanoamericana hay que recordar el Diario de Martí.