(4127-323 a. de J.C.). Filósofo cínico griego, nacido en Sinope (Ponto). Después de pasar su juventud en Atenas en extravagante disipación, se vio atraído hacia el estudio de la Filosofía por Antístenes. Entonces procedió a practicar el ascetismo más rígido, para lo que diose a vivir en los pórticos de los templos o en la calle, hasta que, según una leyenda un tanto dudosa, escogió por vivienda un tonel. En un viaje a Egina fue capturado por los piratas y vendido como esclavo en Corinto, pero su comprador, reconociendo su valía, puso en libertad al filósofo, que vivió en esa ciudad el resto de su vida. No escribió nada, pero trató de inspirar en aquellos con quienes hablaba el desprecio hacia los placeres y los convencionalismos mundanos y el retorno a una vida más simple. Según una leyenda, reveladora de su actitud «cínica» hacia sus contemporáneos, en una ocasión se puso a buscar por las calles de Atenas, con una linterna encendida en pleno día, un hombre que mereciera el calificativo de honrado. Véase Cínicos.
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Diógenes como helenista
Diógenes de Sínope fue un filósofo griego conocido por su estilo de vida austero y su enfoque en la virtud y la sabiduría práctica.
Como helenista, se destacó por su conocimiento y admiración por la cultura y la literatura griegas antiguas.
Un ejemplo de su pensamiento y estilo de vida se puede encontrar en su famosa anécdota de "la búsqueda del hombre honesto".
Diógenes recorrió las calles de Atenas durante el día con una linterna encendida en busca de un hombre honesto, mostrando su desprecio por la hipocresía y la corrupción en la sociedad.
Además, sus enseñanzas sobre la necesidad de vivir una vida simple y auténtica han influenciado el pensamiento filosófico y la práctica ética hasta el día de hoy.