Primer legislador ateniense a quien, una vez triunfante la rebelión contra la oligarquía eupátrida, se le encomendó (621 a. de J.C.) la codificación y corrección del Derecho existente. De su obra solamente conocemos las provisiones en materia penal referentes al derramamiento de sangre. Aunque su nombre se ha convertido en sinónimo de severidad, lo cierto es que tal presunción carece en absoluto de fundamento. Según Aristóteles, en la Constitución de Atenas, también reformó la Constitución, pero la atribuida a él parece no remontarse más allá de finales del siglo v a. de J.C.