Colombia es un país de economía poco compensada, pues frente a una agricultura bastante importante, las otras fuentes de riqueza no están muy desarrolladas, en especial la industria. Cierto es que su ganadería es cuantiosa, la extensión de sus bosques enorme, notable la riqueza pesquera de sus mares, ríos y ciénagas y grandes sus reservas minerales, especialmente en combustibles y metales preciosos; pero estas riquezas están en estado potencial y la explotación que de ellas se hace no corre pareja con la actividad agrícola del país. La industria no cubre todavía las necesidades nacionales y su comercio se resiente de esa insuficiencia.
La agricultura presenta algunos defectos: predominio excesivo de las plantas tropicales —café y bananas especialmente—, carencia de artículos esencialmente alimenticios, riesgo de crisis por su monocultivo cafetero, desigual reparto del suelo y dificultad de las comunicaciones terrestres.