Las esculturas de Giovanni Bernini, como Apolo y Dafne, de Villa Borghese (Roma), Santa Teresa, en la iglesia de Santa María della Vittoria (Roma), y el busto de Luis XIV (Versalles), constituyen la culminación artística del barroco. En ellas se combina el sentimiento de poder con la sensibilidad y una enérgica expresividad, ideales artísticos de la corte francesa.