Un evaporígrafo es un dispositivo que se utiliza para medir la tasa de evaporación de un líquido. A diferencia de otros métodos de medición, el evaporígrafo no requiere un flujo constante de aire o agitación para producir mediciones precisas.
La estructura física de un evaporígrafo generalmente consiste en un recipiente cilíndrico con una tapa hermética. En la parte superior de la tapa, hay un agujero por el que se introduce la muestra líquida para su medición. En el interior del recipiente, hay una rampa que se eleva gradualmente desde la base hasta la tapa.
En la base del recipiente, hay un calentador eléctrico que se utiliza para elevar la temperatura del líquido para que comience a evaporarse. Encima del calentador, hay un ventilador que se utiliza para distribuir el aire caliente y húmedo a través del recipiente.
En la tapa del evaporígrafo, hay un sensor que se utiliza para medir la tasa de evaporación del líquido. La tasa de evaporación se calcula midiendo la cantidad de líquido que se ha evaporado durante un período de tiempo determinado.
En resumen, un evaporígrafo consta de un recipiente cilíndrico con una tapa hermética, una rampa en el interior, un calentador eléctrico en la base, un ventilador para distribuir el aire caliente y húmedo, y un sensor en la tapa para medir la tasa de evaporación del líquido.
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