Aproximadamente a las seis semanas de vida, él bebé comienza a emitir sonidos inarticulados, como sílabas sueltas. Un poco más tarde suele emitir estas sílabas repetidas y produce un balbuceo que suena como bu-bu y ajo-ajo. Si alguna de estas voces suena como una palabra completa, las personas que rodean al niño se maravillan de su proeza y le incitan a que la repita. Así va formando el infante su vocabulario, que en muchos casos se compone de dos o tres palabras cuando alcanza un año de edad. A los dieciocho meses, muchas niñas conocen ya de 10 a 100 palabras; los chicos suelen ser más tardíos. Estos, generalmente, no suelen poseer un vocabulario de más de cinco palabras hasta que cumplen dos años o dos años y medio.