La investigación del cáncer persigue como meta final el descubrimiento de los medios de prevenir y curar este grupo de enfermedades. La investigación supone el estudio en campos tan distintos como la endocrinología, la epidemiología y la radiación. Puede decirse que en ella están integradas todas las especialidades médicas, ya que el cáncer se presenta como enfermedad celular en que se hallan implicadas cuestiones básicas relativas a la química y biología del crecimiento. En la producción de cánceres de laboratorio se emplean numerosas técnicas: 1) el cultivo de los tejidos, que conserva vivos y ayuda a crear y multiplicarse en un medio artificial las células y tejidos extirpados de un organismo vivo; 2) la carcinogénesis o empleo de sustancias capaces de originar el cáncer en los animales de experimentación, como el pintar con alquitrán las orejas de los conejos; 3) el trasplante, consistente en introducir pequeñas porciones de tejidos cancerosos en un pliegue de la piel o en otra parte del animal, con lo que el cáncer «prende» y crece; y 4) la crianza pura y selectiva, que ayuda a desarrollar razas y generaciones relativamente puras de animales de laboratorio capaces de proporcionar una elevada incidencia de cáncer.
En estas investigaciones, el primer paso consiste en producir el cáncer en los animales. Al estudio de las células y tejidos cancerosos sigue un amplio programa racional de ataque. Se indaga la naturaleza del cáncer por el estudio fundamental de la estructura y funciones detalladas de las células. En el diagnóstico, la investigación persigue la búsqueda de pruebas que señalen la presencia del cáncer en cualquier parte del cuerpo. Se estudian, por ejemplo, la orina y esputos de individuos sospechosos en busca de signos indicadores de la enfermedad. En el tratamiento quirúrgico de ésta se han realizado indudables progresos. Así se ha llegado a la cirugía radical o extensiva sin pérdida de la vida mediante el perfeccionamiento de las técnicas de anestesia y transfusión logrado en la experimentación con animales. Se analizan por último miles de sustancias en búsqueda de las capaces de destruir las células cancerosas del cuerpo humano sin deterioro de los tejidos normales circundantes.
