En el laboratorio puede prepararse oxidando el cloruro de hidrógeno, en forma de ácido clorhídrico, por el bióxido de manganeso:
* MnO2 + 4ClH → MnCl2 + Cl2 + 2H2O
Este método difiere poco del originalmente empleado por Scheele. Casi todo el cloro se obtiene en la actualidad por electrólisis de soluciones de cloruro sódico, en celdas de varios modelos. En el proceso se obtiene al mismo tiempo sosa cáustica e hidrógeno como subproducto:
* 2NaCl + 2H2O → 2NaOH + Cl2 + H2
La oxidación directa del cloruro sódico por el ácido nítrico da nitrato sódico, cloruro de nitrosilo, cloro y agua:
- 3NaCl + 4HNO3 → 3NaNO3 + NOCI + Cl2 + 2H2O
El cloruro de nitrosilo sirve para regenerar el ácido nítrico y el nitrato sódico tiene gran demanda como fertilizante. El proceso, que se explota industrialmente en los Estados Unidos, desliga la fabricación del cloro del mercado de la sosa cáustica, lo que significa una gran ventaja económica. Otros procedimientos que tienen la misma finalidad son la regeneración del cloro a partir del cloruro de hidrógeno que se produce en las cloraciones orgánicas, por oxidación en presencia de un catalizador —métodos Deacon modernizado y Grosvenor-Mill— o por electrólisis —I. G. Farben—; la reacción entre el trióxido de azufre y el cloruro sódico —American Cyanamid y Du Pont—; y la electrólisis con cátodo de mercurio, empleando la amalgama obtenida en la preparación de derivados distintos de la sosa cáustica.