Los sulfuros o sulfoarseniuros suelen tostarse en presencia de carbonato sódico, Na2CO3, para separar el azufre y el arsénico, este último en forma de arseniato sódico, Na3AsO4, soluble. El residuo se calienta con cloruro sódico, que convierte al cobalto en cloruro soluble, que se extrae con agua. De la solución se precipita el hidróxido cobaltoso, Co(OH)2, que se tuesta para convertirlo en óxido, y éste, reducido por el carbono, deja el metal en libertad. Por lo general el níquel precipita como hidróxido, Ni(OH)2, juntamente con el cobalto y estorba su beneficio.