Podría ser una de las mayores riquezas naturales de Colombia dada la longitud de costas y la profusión de ríos y ciénagas ricos en especies comestibles, a veces de notable valor. La falta de una organización técnica y dificultades del transporte rápido del pescado hasta los centros de consumo han impedido hasta la fecha su progreso en esta rama de la economía. La pesca costera la practican algunos barcos californianos, pero para la mejor explotación nacional harían falta flotas de pesca de altura y barcos frigoríficos. Falta de técnica ha impedido mayores éxitos a la empresa «Icopesca», que trabaja en el litoral del Pacífico con buenas embarcaciones y capital abundante. En la zona atlántica destacan por su variedad y volumen de peces comestibles las costas de Guajira.
La fauna fluvial es rica y variada, especialmente en los grandes ríos del Pacífico: Mira, Patía, San Juan y Baudó; del Atlántico: Atrato, Sinú, Magdalena, San Jorge y Cauca; y de la Orinoquia y Amazonia: Putumayo, Caquetá, Apaporis, Vaupés, Inírida, Guaviare, Meta, Vichada, Orinoco y Amazonas. El único explotado con cierta intensidad es el Magdalena, y aun así a base de pequeñas empresas. Un serio inconveniente ha sido la práctica de la pesca con dinamita (prohibida por todas las legislaciones), que extermina rápidamente la fauna fluvial. El desarrollo de la industria pesquera podría hacer más variada y completa la dieta alimenticia del pueblo colombiano.