Se extiende en unos 570 000 km2 por los estados de Sergipe, Bahía, Espirito Santo y Rio de Janeiro, con penetraciones en Minas Gerais. Sus ríos nacen en la parte oriental de la Meseta Brasileña; su longitud oscila entre los 500 y 1000 km; el régimen es regular por la constancia de las precipitaciones y su caudal abundante. La proximidad de la Meseta al mar obliga a estos ríos a producir saltos, lo que limita sus posibilidades navegables pero aumenta las hidroeléctricas, con saltos como el de Bananeiras en el Pa-raguassú, el Salto Grande en el Jequitinhonha y el de Sapucaia en el Paraíba do Sul. El Jequitinhonha es navegable en más de 600 km, el Doce y el Mucuri en unos 200 y el Paraíba en 130. La sequedad de Sergipe impide la formación de grandes ríos; sólo el que da nombre al estado y el Real (fronterizo con Bahía) tienen importancia. Por Bahía, pero a veces con nacimiento en Minas Gerais, corren entre otros ríos el Itapicurú, Inhambupe, Paraguassú, que desemboca en la Bahía de Todos los Santos, el das Gontas y el Pardo, que tienen ricos cacahuales en sus valles, el Jequitinhonha, que desemboca por Belmonte, el Buranhem, que lo hace por Porto Seguro, el Mucuri y otros muchos, que atraviesan valles agrícolas interesantes. Por Espirito Santo desembocan ríos procedentes de Minas Gerais, como el Sao Mateus, formado por dos brazos que se unen cerca de la desembocadura; el Doce, con sus afluentes el Piracicaba, Itambacuri y Manhuassu, que atraviesa una zona forestal importante; y el Santa María, que termina en Vitoria, capital del estado.
Pero el río más interesante de la vertiente es el Paraíba do Sul, nacido en el estado de Sao Paulo con el nombre de Paraitinga; se aproxima a la gran ciudad industrial, pero una gran curva lleva su curso hacia el NE; recibe al Jaguari y atraviesa luego uno de los valles más densos e industriales del Brasil, donde ha surgido la gran industria siderúrgica de Volta Redonda. Véase Jequitinhonha, Doce, Paraíba do Sul.
