En 1942, las personas que intentaban dejar de fumar tenían un problema llamado "síndrome de abstención" que les hacía sentir muy mal y les dificultaba dejar el hábito. Para ayudarles, se probaron las primeras inyecciones de nicotina, pero no fueron muy efectivas. Después, se inventaron la goma de mascar y los parches con nicotina, que son más fáciles de usar y han ayudado a muchas personas a dejar de fumar.