• « A nivel biológico, nuestros antojos son impulsados por la dopamina, un neurotransmisor en el circuito de recompensa del cerebro que juega un papel clave en la elevación de nuestra motivación para actuar. »
• « Todos los esfuerzos se centran ahora en conocer con exactitud la estructura exacta del transportador de dopamina para saber más acerca de este neurotransmisor y, por otro lado, controlar los receptores de dopamina de las neuronas, regulando el efecto de placer. »
• « Carecemos de motivación, y cuando los estímulos normales ya no son suficientes, nos vemos obligados a buscar estímulos sobrenaturales para que nos den esa oleada de dopamina, y surgen cambios cerebrales clave que son similares a los que vemos en los adictos a las sustancias. »
• « Las substancias que actúan como neurotransmisores del mensaje que desencadena la respuesta son hormonas producidas por el cerebro -como la noradrenalina y la dopamina, alojadas en el hipotálamo y las estructuras subtalámicas- o por las glándulas suprarrenales, como en el caso de la adrenalina. »
• « Los estímulos sobrenaturales hacen que los niveles de dopamina aumenten, por lo que son tan difíciles de resistir. Sin embargo, cuando nos permitimos estos estímulos supernormales con demasiada frecuencia, nos desensibilizamos a la dopamina. Los placeres cotidianos parecen insípidos e insatisfactorios. »
• « Este bienestar se acaba cuando una proteína -que se conoce como transportador- devuelve a la dopamina a la neurona de donde salió. La cocaína bloquea esta operación, "colándose" en el transportador quitándole el lugar a la dopamina, que sigue bombardeando a la neurona, provocando intensas sensaciones de placer en el drogadicto. »
• « La adicción a la cocaína "descalabra" la química del cerebro de dos maneras básicas: evitando que el órgano se nutra de glucosa -la primordial sustancia energética en el hombre- e interactuando a nivel molecular con un neurotransmisor "clave": la dopamina, cuyo desequilibrio se relaciona con graves alteraciones mentales como la esquizofrenia. »
• « Ni bien tomamos conciencia del peligro, la señal de alerta es enviada a los centros nerviosos productores de catecolaminas -neurotransmisores específicos relacionados con el miedo-, entre las que se destacan especialmente la adrenalina, la noradrenalina y la dopamina, compuestas las tres por fenilalanina y tirosina, dos aminoácidos de fundamental importancia en las reacciones de alarma, adaptación e inhibición. »
