• « Recuerdo a todos los pacientes con los que he tenido contratiempos. Hoy en día, jamás empiezo una operación sin pensar en Marco, el chico italiano que ya no puede esquiar. »
• « Poco después yo también empiezo a saludar a todo el mundo. Despego un poco los dedos del volante, y el otro conductor hace lo mismo. O saco un poco el brazo, que descansa en el marco de la ventanilla, y alzo la palma de la mano; el otro conductor responde a mi gesto. »