• « Pero estos papeles, aquí están, los lees. Llevas horas escuchándome. Ahora lo sabes todo. Y ya no puedes acusarnos de nada, ni de lo que ha sido, ni de lo que puede venir. Te he llamado entre nosotros, para que nos veas en el fondo de tus ojos, para que veas que te ama tanto como para querer sacrificar por ti lo más alto que ha conseguido su vida, y que te considero nuestro igual, un alma digna de no ser engañada, un alma a la que podemos confiar nuestras angustias, aquí. Míranos. »