• « En la cabina de mando, Simon Rogers, que había estado sujetando las piernas del capitán Lancaster atrapado en la ventanilla rota, sintió de pronto que los tobillos de este se movían en sus manos; que los pies empezaban a moverse. A pesar de creer que debía de ser el último espasmo muscular de un cadáver, siguió resistiendo y sosteniéndolo. »