• « -No, hija mía: el buen Dios ya ha cubierto sus necesidades -dijo la madre, mirando con cariño a su pequeña criatura- Mi pecho está lleno de leche para alimentar a tu hermanito. Está débil, como ves, pero en unos meses estará retozando en el suelo como un cordero. »
• « Los delfines venían uno detrás del otro, saltando y retozando como si nos invitaran a jugar con ellos según sus propias reglas. Resistí a la tentación de acelerar el barco para aceptar el reto de competir en una carrera. He intentado hacer eso de cuando en cuando, sólo para aprender de nuevo que estas ágiles criaturas pueden rebasar con toda facilidad a la mayor parte de los botes cuando mueven un poco más rápido las aletas de la cola. »
