• « En hornos a más de 90 grados se colocan los capullos de gusanos con las crisálidas todavía vivas para que mueran y así evitar que las mariposas rompan la seda. El agua caliente disuelve la goma que mantiene el largo y delgado hilo pegado entre sí y finalmente basta con arrollarlo en una madeja. »
• « Se trata de un pequeño y rechoncho batracio que ha sido bautizado como sapo partero. Dicho nombre no es casualidad: el macho recibe a los huevos, mantiene el grado justo de humedad que los mismos necesitan y luego los traslada a un charco poco profundo, donde estarán hasta que los renacuajos rompan definitivamente el cascarón. »