En China, los médicos utilizan diferentes formas de diagnosticar problemas de salud. Algunas de estas formas incluyen tomar el pulso, examinar la lengua, observar el color y expresión del paciente, escuchar su voz y respiración, y oler diferentes tipos de secreciones y excreciones del cuerpo. Estas técnicas les ayudan a identificar posibles enfermedades o condiciones médicas.