• « Esperé impaciente a que, quien sería mi futuro esposo, simpatizara de una buena vez con la lanuda perrita recién adoptada por mí. Ese día llegó, por fin, durante nuestro viaje de luna de miel, cuando escuché que mi esposo comentaba con gracia otro recién casado: "Nunca pensé que podría querer a un perro, hasta que conocí a mi esposa". »