Definición de carpintería de armar

1. Arte de trabajar la madera común (hacerlo con la fina es propio de la ebanistería). Encuentran aplicación en carpintería muchas fases especializadas de la construcción de edificios. El carpintero, por ejemplo, construye encofrados, tiende suelos, hace escaleras, instala ventanas y puertas, levanta tabiques, coloca materiales aislantes, prepara parte de los tejados, fabrica muebles y armarios empotrados. La carpintería puede dividirse en dos categorías generales: la llamada de armar o de afuera, que atiende a la construcción del entramado de un edificio, y la de taller, que trabaja las piezas complementarias del edificio, algunas meramente ornamentales, como puertas, ventanas, celosías, paneles, cornisas, artesonados. Una modalidad la constituyen los ensambladores, encargados de ajustar y encajar elementos que vienen ya terminados del taller: vitrinas, ventanas, puertas, etc. A excepción de dichos trabajos especializados, el carpintero no toma hoy parte activa en las grandes obras de la industria y la ingeniería, donde el hormigón, acero y vidrio han suplantado casi por entero a la madera. También existe, sobre todo en medios rurales, el carpintero universal, que realiza reparaciones tanto en casas particulares como en obras importantes. En fin, en una ulterior categoría, numerosa por cierto, cabe incluir al aficionado que se dedica a realizar, sin carácter profesional, los pequeños trabajos de carpintería que surgen en toda casa.
   
   Las herramientas básicas que todo carpintero ha de poseer y saber utilizar son: sierra de hender y de trozar, cepillo, martillo, escuadras de inglete y de «T», lima, berbiquí, escoplo, atornillador, nivel, barrena y regla. A menudo, para ciertos trabajos, se requieren herramientas especiales. En todo caso éstas han de conservarse siempre limpias y afiladas para obtener de ellas el debido provecho. Ha de estar familiarizado asimismo el carpintero con toda clase de juntas y ensambles (v. ilustración), que muchas veces se ve precisado a reforzar con abrazaderas, ángulos u otras piezas de hierro.
   
   El entramado del edificio es tarea importantísima que incumbe a la carpintería cuando la estructura es de madera. Los hay de tres tipos: el entramado sin rigidez, el de plataforma y el de viga arriostrada. En el primero las piezas se unen con pernos de remache. Su resistencia dependerá en gran parte de su revestido externo. Los pies derechos (vigas verticales en paredes y tabiques) forman piezas empalmadas desde los cimientos al tejado. En ellos, con interposición de zapatas, descansan las vigas, maderos horizontales que soportan los suelos. El entramado de plataforma se construye escalonadamente a medida que se levantan los pisos. En el arriostrado se colocan gruesos maderos en las esquinas y a veces en los pies derechos intermedios, todos los cuales se prolongan sin solución de continuidad desde la firme solera de los cimientos al larguero igualmente resistente del tejado. Se trata de un tipo de estructura antiguo, que no se utiliza mucho hoy día.
   
   En los entramados se usan a menudo vigas armadas, de tal modo dispuestas que desvíen la carga de un punto a otro. Por ello son muy útiles en los vanos de puertas y ventanas, a cuyos lados desplazan el peso evitando el pandeo de la pared situada encima. Las vigas de la cubierta transmiten la carga a los muros del edificio. Hay gran variedad de vigas armadas adaptables a la construcción de viviendas y otros edificios. Unas, las provistas de dispositivos corrientes de unión, pueden adquirirse en fábrica; las que responden a diseños especiales han de hacerse sobre planos del arquitecto.
   
   
   Armaduras
   
   El tipo más sencillo de armaduras de cubiertas, utilizado únicamente en vanos inferiores a 6 m, consiste en simples cabrios que coinciden sobre una parhilera y hacen las veces de pares; cuando son muy largos, para evitar su pandeo, llevan en su punto medio un jabalcón. Los extremos inferiores de los cabrios descansan en una solera sobre el muro. Para vanos mayores se utilizan las armaduras de formas o cuchillos, que se colocan más o menos distanciados según la luz, peso de la cubierta, etc., y transmiten el peso a los muros. Los cuchillos se pueden armar de muy diferentes formas. La más corriente es la de pendolón central, madero vertical, vigas oblicuas que van de los muros a la cumbrera, llamados pares, y otra horizontal en la parte inferior, llamada tirante por su función mecánica. Si por las dimensiones de la cubierta los pares fuesen de longitud excesiva y posible su pandeo, se evita éste colocando dos vigas oblicuas, simétricas, que, partiendo del pendolón, van a los puntos medios de los pares. De cuchillo a cuchillo se colocan sobre los pares unas viguetas horizontales, situadas a diferentes alturas, llamadas correas, y sobre éstas y en todos los faldones de la cubierta, otras paralelas a los pares y próximas, llamadas cabrios, contrapares o parecillos, a los que va clavada la tablazón, sobre la que se asienta la teja o el material aislante de la cubierta. Es muy importante que los tirantes realicen su función de anular los empujes de los pares, pues en caso contrario esos empujes tenderán a volcar los muros hacia afuera, causa de la ruina de muchos edificios antiguos. Salvo en medios rurales, lo mismo los entramados que las armaduras de madera se emplean cada vez menos, sustituidos por los metálicos o los de hormigón armado, incombustibles ambos. Para vanos de más de 9 m, en lugar de un pendolón central suelen emplearse dos laterales o péndolas para evitar que los cabrios queden sin apoyo en espacio superior al de la mitad de su longitud. En el dibujo pueden verse estos dos tipos principales de cubiertas. Los demás sistemas som modificaciones o combinaciones de los descritos, salvo los especiales destinados a iglesias y edificios públicos.
   
   
   Suelos
   
   En la construcción de la armazón de madera que soporta el entramado superior y el techo del piso inferior se siguen tres procedimientos generales:
   
   1 ) uno de ellos consiste en el tendido de una serie de viguetas horizontales que apoyan sus extremos en los muros. Si existe algún obstáculo, como una chimenea, se improvisa un sostén con una pieza transversal o vigueta secundaria, ensamblada por ambos extremos en sendas viguetas de longitud normal, lo que se llama embrochalar;
   
   2) en los pisos dobles se tienden tres filas de viguetas: a) las de amarre o soportes principales, que se apoyan en los muros como en el caso anterior; b) las jácenas o viguetas de fuente, que las cruzan por arriba; y c) las de cielo raso, que las cruzan por abajo; b) y c), ensambladas en a), sostienen respectivamente el entarimado superior y el cielo raso inferior;
   
   3) los suelos armados tienen además vigas maestras en las que se insertan las viguetas transversales en lugar de cruzar la habitación en toda su anchura. Cada uno de estos tipos encuentra aplicación específica: los suelos armados se utilizan en vanos amplios, los dobles cuando se desea disponer de cielos rasos uniformes y los sencillos en habitaciones de tamaño medio donde importa principalmente la resistencia y ligereza. Las viguetas de los suelos simples deben arriostrarse a intervalos cuando cubran vanos superiores a 2,5 m con el fin de evitar su torsión. El sistema de arriostrado más eficaz es el diagonal o envigado en corte de pluma.
   
   
   Tabiques
   
   Son armazones de madera utilizados para dividir los pisos en habitaciones. Los vanos del maderamen suelen salvarse con listones, o bien con cemento o ladrillo, y se recubren de yeso por ambas caras.
   
   
   Cimbras
   
   Son armazones de maderos fuertes enlazados, que sostienen la superficie convexa sobre la cual se van colocando las dovelas de una bóveda o arco. Las diversas piezas que forman en el primer caso, los cuchillos o arcos separados de madera van unidas entre sí por travesaños horizontales y abrazaderas diagonales. Sobre los cuchillos se dispone una cubierta de listones verticales (costillas) que servirá de apeo a las dovelas. Cuando se trata de vanos cortos, este conjunto se apoya en puntales radiales que convergen en uno o más puntos sobre una viga, que, a ser posible, descansa en pies derechos verticales hincados en el suelo. En las cimbras destinadas a grandes arcos, como es el caso de los puentes, ha de utilizarse un sistema de arriostrado mediante el cual la carga del arco se transmita a dos puntos situados en los extremos del cordón de la viga de sostén. Estos puntos se apoyan a su vez en dos o más cuñas que se incrustan al ajustar la cimbra. Para retirar la cimbra, una vez terminado el arco, se extraen gradualmente las cuñas de suerte que el costillar ceda lentamente y el arco vaya adoptando su posición definitiva. Las cimbras, de suma importancia en épocas en que se multiplicaban los arcos de mampostería, encuentran mucha menor aplicación en la construcción moderna.
   
   
   Andamios, plataformas y caballetes
   
   Los primeros son plataformas provisionales construidas por los carpinteros y muchas veces por los albañiles para realizar trabajos a diferentes alturas del suelo. Las plataformas consisten en dos series de pilastras de madera sujetas por travesaños diagonales y unidos en su parte superior por. viguetas que soportan una plataforma de tablones. Los maderos se fijan a veces en asientos de madera sobre el terreno y en su parte superior van provistos de piezas transversales para mejor acomodo de los largueros. El caballete no es sino una plataforma de grandes dimensiones que, en construcciones importantes, sirve para soportar una grúa móvil.
   
   Véase Carpintería de taller; Ebanistería; Industria de la construcción

Arquitectura

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