Definición de constitución de un individuo

1. La constitución es la traducción corporal de los caracteres heredados y adquiridos del individuo. La constitución de un sujeto es la suma o agregado de sus facultades físicas y mentales. La constitución corresponde vagamente al término más estricto de genotipo, empleado en genética y que expresa lo heredado, la característica estable que limita y dirige el desarrollo del individuo.
   
   
   El medio ambiente en el que el individuo se desarrolla, modifica la apariencia exterior del mismo, es decir, el hábito. Este término responde vagamente al más estricto de fenotipo y se refiere a si el individuo tiene un aspecto muscular, delgado o gordo, alto, mediano o bajo; pálido, sanguíneo o curtido; exuberante, normal o enfermizo, Puesto que la constitución de un sujeto permanece desconocida, el tipo humano viene determinado principalmente por el hábito.
   
   
   En plantas y animales, el genotipo puede descubrirse por experimentos sistemáticos sobre la reproducción. En el hombre nunca se revela completamente el genotipo. En las plantas de un genotipo dado, la disparidad de fenotipos puede ser extrema; un sorprendente ejemplo nos lo ofrece una planta acuática cuyas hojas son espinosas o aciformes si se desarrollan bajo el agua o lobuladas si crecen sobre la superficie. En el hombre, una prematura desnutrición, una enfermedad debilitante o accidentes deformantes afectan profundamente a su apariencia.
   
   
   La Antropometría o medición del cuerpo humano y sus partes ha adquirido cada vez mayor importancia. Los datos obtenidos son de gran valor en el diseño de uniformes y equipos para el ejército y otros grandes grupos de masas, pero su importancia es muy limitada para establecer comparaciones de grupos raciales o predecir rasgos mentales.
   
   
   El interés se ha centrado sobre tres aspectos de la arquitectura humana. El antropómetra establece una medida arbitraria del grado de desarrollo:
   
   a) de los órganos digestivos y grasa del cuerpo;
   
   b) de los huesos y músculos, y
   
   c) de la piel y sistema nervioso.
   
   
   Cada uno de estos tres componentes del cuerpo humano, llamados respectivamente endomorfia, mesomorfia y ectomorfia, se evalúan independientemente sobre una escala arbitraria que va del uno al siete. Con este sistema una persona que posea un promedio de los tres tipos se representa por las cifras 4-4-4 y se llama normosómico. La obesidad extrema se representaría por 7-1-1; mientras que un atleta delgado, musculoso e intelectual estaría representado por 1-7-7.
   
   
   Es dudosa la utilidad de esta clasificación. Además, los términos no están unificados y los muchos sinónimos aumenta la confusión. Así, el término endomórfico a, es a menudo reemplazado por el de pícnico, macrosplácnico, euriosómico, abdominal, digestivo, lateral, ancho, rechoncho, corpulento, obeso y graso; el b, mesomórfico, por atlético y muscular; el c, ectomórfico, por asténico, microsplácnico, leptosómico, lineal, respiratorio, torácico, cerebral, nervioso y delgado.
   
   
   La dificultad de separar los elementos estables de los transitorios en estos tipos aparece clara en la serie de retratos que del poeta alemán Johann von Goethe hiciera Franz Weidenreich, que nos lo presenta leptosómico en la juventud, pícnico en la vida media y cerebral en la vejez.
   
   
   Weidenreich fue también capaz de encontrar elementos representativos de cada tipo físico en todas las razas humanas. Sus hallazgos explican el resultado de 10834 reconocimientos físicos prelaborales realizados por la industria americana en tiempo de guerra. Los resultados muestran que los mogoles, negros y caucásicos se encuentran igualmente capacitados para el trabajo.
   
   
   Significado fisiológico.
   
   
   La obesidad es un importante problema que se estudia dentro de la constitución. La obesidad es de por sí un impedimento físico y sus víctimas están predispuestas a enfermedades cardiacas y hepáticas, diabetes y otras complicaciones. Si la obesidad fuera constitucional, la reducción del peso debería ejercer influjo mínimo en la duración de la vida, pero las estadísticas demuestran que los beneficios de la reducción de peso son reales. Es verdad que las personas extremadamente delgadas están pobremente aisladas contra la exposición al frío y carecen de reservas contra la inanición y enfermedades. Entre ambos extremos, obesidad y delgadez, debe haber un peso óptimo para cada persona según su sexo, edad y altura. El peso óptimo debe aproximarse al término medio actual, pero no es idéntico con él, puesto que las cifras medias no coinciden generalmente con las ideales o normales.
   
   
   Consecuencias prácticas.
   
   
   Los rasgos mentales o sociales mejores no son patrimonio de una determinada constitución. El estudio de los tipos constitucionales no ha tenido apenas valor en el diagnóstico de las enfermedades mentales. Las influencias constitucionales sobre el estado mental son muy inferiores a las influencias del medio ambiente social, químico y físico; hecho que se demuestra por el efecto de hormonas como la testosterona sobre la apariencia y comportamiento o, más claramente todavía, por los efectos psíquicos de las drogas reserpina y cloropromazina. Véase Cloropromazina.
   
   
   Sin embargo, el aspecto físico de una persona influye en su vida personal, vocacional y recreativa. Un atleta de constitución normal que intentó la travesía del Canal de la Mancha se vio obligado a abandonar al cabo de una hora; sabido es que los nadadores de largas distancias deben ser capaces de soportar temperaturas más bajas que las personas de constitución corriente. La inmensa mayoría de nadadores que han realizado la travesía del canal son obesos. El jugador de baloncesto que actúa de pivote debe ser alto y enjuto; el timonel de un batel, bajo y ligero. La maniquí profesional ha de ser esbelta, mientras que los escultores prefieren modelos de complexión más gruesa. El jockey debe ser el reverso de la medalla del huesudo y musculoso cargador del muelle.
   
   
   Aparte de estos casos prácticos de sentido común, la teoría de la constitución no ha añadido gran cosa de valor positivo al asesoramiento personal y vocacional de los sujetos. La existencia de un «tipo criminal» en el sentido físico ha sido rechazada de plano (v. Criminología, Antropología criminal). El patrono que al estudiar a un aspirante atiende a detalles como el del mentón huidizo cual signo de voluntad débil u otros patrocinados por las seudociencias de la fisionomía y frenología, corre el riesgo de cometer graves injusticias. El daño producido a las células germinales del organismo por las radiaciones ionizantes, como las que produce la bomba atómica, puede afectar características hereditarias. Pero las alteraciones causadas por otros accidentes, enfermedades y desnutrición no son hereditarias en un sentido genético. Véase Herencia.

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