(1898-1984). Poeta español nacido en Sevilla, que ha desarrollado hasta ahora su obra poética a lo largo de tres grandes etapas: la centrada en tomo a La destrucción o el amor (1934), la que se abre con Sombra del Paraíso (1945) y la actual, ya caracterizada desde Historia del corazón. En la primera, Aleixandre era un poeta de apasionada fiebre verbal, que en su lírica fundía y confundía los términos de la realidad y el propio corazón, incluso dando más entidad a lo simbólico que a lo inmediato —pensemos en un título significativo: Espadas como labios (1932)—. Pero después de ese tiempo de amorosa entrega al mundo, identificándose con lo visible, el poeta entra en una época madura y melancólica de distanciamiento: el «paraíso» de la pasión juvenil deja lugar a una grave objetividad elegiaca. No es extraño que en esta fase aparezca, sobre el nuevo horizonte crepuscular, un acento de religiosidad que ya no es panteísmo, sino disposición hacia un Dios personal. Pero posteriormente, el tono profundó, y aun solemne, de tristeza individual, va dejando paso a un realismo atento a las cosas mismas, así como a un sentido de la vida del prójimo, contemplado incluso en su sociedad, en ciudades, trabajos y sufrimientos; es tal esa tercera etapa que indicábamos y que, reuniendo mucho de las dos anteriores, deja abierta una perspectiva de esperanza en la lírica de Aleixandre.
