Prov. meridional portuguesa. Tiene una extensión de 5072 km2 y es de las más pequeñas del país. Limita al N con la prov. de Baixo Alentejo, al E con España y al S y O con el Atlántico.
Su relieve es variado: al N, un cinturón montañoso formado por las sierras de Espinha$o, Monchique y Caldeirao, cuyas alturas no sobrepasan los 902 m, la separa del resto del país y termina en el océano por los espolones de Sagres y San Vicente; en el centro, una amplia zona deprimida, seguida por el ferrocarril de Lisboa, escinde en dos este cinturón; hacia la costa, las montañas se resuelven en suaves colinas para terminar en un litoral arenoso (salvo al occidente, donde las cordilleras caen a pico sobre el mar), cuyo único accidente importante es la ría de Faro; paralelas aparecen las islas arenosas de Santa María. Salvo el Guadiana, la mayoría de los ríos son simples torrenteras, secas casi todo el año. El clima es muy árido: inviernos templados y veranos calurosos; lluvias inferiores a los 500 mm. La vegetación, por causa de la aridez del clima y la abundancia de suelos calizos apenas está representada por raquíticos matorrales y algunos alcornocales y encinares.
La población ha crecido muy poco en estos últimos años: 301000 h en 1930, 326000 en 1950 y 458734 habitantes (2010). Esta población se agrupa en su mayor parte en el litoral meridional. La capital, Faro, concentra casi el 10 % de la población provincial. Otros centros importantes son: Lagos, Portimao, Albufeira, Olhao, Tavira y Vila Real de San Antonio en la costa; Aljezur, Silves, Loulé y Sao Braz de Alportel en el interior.
La pesca, que es la actividad más importante y se viene practicando desde la época árabe, tiene sardinas y atunes como especies más explotadas; la flota pesquera está bien utillada y destacan los puertos de Portimao, Lagos, Faro y Vila Real, poseedores además de una importante industria conservera. La agricultura está poco desarrollada debido a las mediocres condiciones naturales: en su mayor parte tiene carácter extensivo y sus productos típicos son el almendro, el algarrobo, la higuera y los cereales; los regadíos tienen escasa extensión y sólo en algunos puntos de la llanura costera densamente poblados empiezan a cobrar importancia los cultivos hortícolas.
Actualizado: 18/11/2014
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