(340-397). Santo patrón y obispo de Milán, uno de los más famosos Padres de la Iglesia. Nació en las Galias y estudió derecho en Roma. Hacia el 370 fue nombrado magistrado consular con sede en Milán y se ganó la veneración del pueblo por su benevolencia y sabiduría en el desempeño del cargo. En 374 recibió la sede episcopal de Milán, entonces vacante, y adoptó una decidida posición frente al Arrianismo, que negaba la divinidad de Cristo. Resistió con éxito el intento de la emperatriz Justina de introducir el Arrianismo en Milán (384). Seis años más tarde censuró severamente al emperador oriental Teodosio por haber consentido la matanza de 7000 tesalónicos y le impuso una peni-, tencia pública. Paulino escribió su biografía y la dedicó a San Agustín, que fue recibido en la Iglesia por San Ambrosio. Aunque ambicioso, fue amable y generoso. Como estadista fue enérgico e indomeñable; como teólogo, erudito y profundó. Su conocimiento del griego le ayudó a conseguir un mayor acercamiento entre Oriente y Occidente. Aunque introdujo el uso de la alegoría en los sermones, su más valioso legado a la Iglesia es el de sus himnos. Véase Ambrosiano, Canto.