En la mitología griega, doncella tan hábil en el arte del tejido que desafió a la diosa Atenea. Las dos tejieron magníficos tapices. El de Atenea representaba sus propias proezas y el de Aracné las aventuras amorosas de los dioses. Enfurecida Atenea al ser vencida por la calidad y el tema del tejido de Aracné, lo rasgó de arriba a abajo. Desesperada Aracné al ver destruida su obra, se ahorcó y Atenea, compadecida, la convirtió en arácnido.